Prevención de demencia: el 44% de casos vinculados a salud cardiovascular

Prevención de demencia: el 44% de casos vinculados a salud cardiovascular

Un porcentaje muy elevado de casos de demencia está asociado a factores de riesgo cardiovasculares, que a menudo dependen del estilo de vida de las personas.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Salud 17.06.2025

La reciente publicación de un estudio en la revista JAMA Neurology ha dejado al descubierto una realidad alarmante pero esperanzadora: hasta el 44% de los casos de demencia y alzhéimer podrían prevenirse mediante intervenciones en la salud cardiovascular antes de los 74 años de edad. Este hallazgo es especialmente relevante en un país como España, donde se estima que alrededor de un millón de personas padecen alguna forma de demencia, una cifra que no solo es preocupante, sino que se espera que aumente drásticamente en las próximas décadas.


La investigación, que analizó datos de 7.731 participantes en un seguimiento de 33 años, revela que una gran parte de los casos de demencia diagnosticados antes de los 80 años está directamente relacionada con factores de riesgo cardiovascular, como la hipertensión, la diabetes y el tabaquismo. De hecho, el estudio señala que entre un 22% y un 44% de estos casos podrían ser evitados si se implementaran intervenciones adecuadas en la salud cardiovascular durante la vida de las personas.


La relación entre la salud cardiovascular y la salud neurológica ha sido objeto de estudio durante años, y este nuevo análisis confirma lo que los expertos han advertido: las enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas comparten vínculos significativos. Esto implica que mejorar la salud del corazón podría ser una estrategia clave para prevenir la demencia, lo que abre una ventana de oportunidad para la salud pública en la lucha contra estas enfermedades.


Sin embargo, el impacto de los factores de riesgo cardiovascular varía considerablemente en función de la edad y otros factores demográficos. En el caso de los diagnósticos de demencia en personas mayores de 80 años, la influencia de estos factores de riesgo se reduce drásticamente, con solo un 2% a un 8% de los casos atribuibles a ellos. Esto sugiere que las intervenciones deben centrarse en la prevención más temprana, idealmente desde la adultez media.


Los investigadores también concluyen que la acumulación de múltiples factores de riesgo cardiovascular aumenta significativamente las probabilidades de desarrollar demencia antes de los 80 años, llegando a ser hasta un 75% más altas en comparación con aquellos que solo presentan un único factor. Esto pone de manifiesto la importancia de un enfoque integral en la salud, que contemple la gestión de múltiples riesgos de manera simultánea.


La relevancia de este estudio no puede subestimarse, sobre todo en un contexto donde se proyecta que el número de personas afectadas por demencia seguirá en aumento. Las políticas de salud pública deben adaptarse y enfocarse en la promoción de estilos de vida saludables, así como en la implementación de programas educativos que conciencien a la población sobre los riesgos de la hipertensión, la diabetes y el tabaquismo.


Además, es fundamental que estas estrategias preventivas sean personalizadas, teniendo en cuenta factores como la edad, el perfil genético, la etnia y el sexo. Por ejemplo, las poblaciones con menor predisposición genética a la demencia o aquellos grupos demográficos más afectados podrían beneficiarse de enfoques específicos y adaptados a su realidad.


La promoción de hábitos saludables, como la abstención del tabaco y el alcohol, la práctica de ejercicio físico regular y una alimentación equilibrada, puede ser la clave para reducir los casos de demencia y mejorar la calidad de vida en la vejez. Este enfoque no solo contribuiría a minimizar la carga que representa para la sociedad el cuidado de personas con demencia, sino que también podría mejorar el bienestar general de la población.


En conclusión, el estudio publicado en JAMA Neurology proporciona una perspectiva alentadora sobre la prevención de la demencia, destacando la necesidad de una intervención proactiva en la salud cardiovascular. Con una población envejecedora, es imperativo que tanto las instituciones de salud como la sociedad en su conjunto se unan para implementar acciones efectivas que preserven la salud mental y cognitiva de las futuras generaciones. La evidencia es clara: cuidar nuestro corazón es cuidar nuestra mente.

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