ACV y demencia: estudio revela un alarmante riesgo para sobrevivientes

ACV y demencia: estudio revela un alarmante riesgo para sobrevivientes

Un estudio reciente sugiere que el riesgo de sufrir una enfermedad neurodegenerativa es notablemente más alto tras un ACV, duplicando incluso la probabilidad de un segundo incidente

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Salud 11.12.2024

Un estudio reciente publicado en la revista Neurology ha revelado un hallazgo alarmante: los sobrevivientes de un accidente cerebrovascular (ACV) tienen un riesgo un 80% más alto de desarrollar demencia en comparación con aquellos que nunca han sufrido un ACV. Esta investigación pone de relieve la importancia de considerar no solo el impacto inmediato de un ACV, sino también las consecuencias a largo plazo que pueden afectar la calidad de vida de los pacientes.


Los investigadores, liderados por el Dr. Raed Joundi de la Universidad McMaster en Canadá, realizaron un seguimiento a casi 175,000 supervivientes de ACV en Ontario. Durante un promedio de seis años, encontraron que un 19% de los participantes que habían sufrido un ACV desarrollaron demencia, mientras que solo el 13% de los que no habían tenido un ACV enfrentaron esta condición. Estos números subrayan una conexión significativa entre los ACV y el deterioro cognitivo posterior.


Joundi enfatiza que el riesgo de demencia es notablemente mayor que el riesgo de sufrir un segundo ACV, lo que ha sido el enfoque tradicional de muchas investigaciones en este campo. "A pesar de que gran parte de la investigación se ha enfocado en reducir el riesgo de un segundo ACV, nuestros hallazgos dejan claro que también se necesita más investigación sobre el desarrollo de intervenciones para ayudar a prevenir la demencia tras el ACV", añadió el Dr. Joundi. Esta declaración señala una necesidad urgente de redirigir parte de la atención médica hacia la prevención de la demencia en estos pacientes.


El estudio también reveló que el tipo de ACV sufrido, ya sea por obstrucción del flujo sanguíneo o por sangrado en el cerebro, puede tener un impacto en el riesgo de demencia. Los datos recogidos indicaron que los supervivientes de ACV presentaron una tasa de 3.3 casos de demencia por cada 100 personas-año, en comparación con 1.9 casos entre las personas sin antecedentes de ACV. Esto demuestra la gravedad del problema y la necesidad de un enfoque más integral para el cuidado de quienes han tenido un ACV.


Además, el riesgo de demencia no es estático y varía con el tiempo. Según los hallazgos, los supervivientes de ACV tienen un riesgo 2.5 veces más alto de demencia en el primer año posterior al evento. Este riesgo disminuye ligeramente con el tiempo, pero sigue siendo notablemente mayor que el de la población general. A los cinco años, el riesgo se incrementa en un 50% y a los 20 años, en un 30%. Esto resalta la importancia de un monitoreo constante en la salud cognitiva de los sobrevivientes.


La demencia es una preocupación creciente en todo el mundo, y a medida que más personas sobreviven a un ACV, se hace aún más crucial entender cómo el ACV contribuye al riesgo de desarrollar esta condición. "A medida que las tasas de demencia aumentan en todo el mundo, es esencial comprender el vínculo entre el ACV y el deterioro cognitivo", concluyó Joundi.


Los hallazgos de este estudio no solo ofrecen una nueva perspectiva sobre el riesgo de demencia, sino que también sugieren que los sistemas de salud deben adaptarse para abordar estas necesidades emergentes. La prevención y el tratamiento de la demencia en pacientes supervivientes de ACV deben ocupar un lugar central en los planes de atención médica.


En conclusión, este estudio resalta la importancia de la investigación continua en las consecuencias a largo plazo de los ACV. La comunidad médica y los formuladores de políticas deben trabajar juntos para desarrollar estrategias efectivas que no solo aborden la prevención de un segundo ACV, sino que también se centren en la salud cognitiva, asegurando así una mejor calidad de vida para los supervivientes. La conexión entre el ACV y la demencia es clara, y es momento de actuar.

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