Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En un alarmante informe presentado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), se ha revelado que el dengue ha alcanzado niveles récord en las Américas, superando los 12 millones de casos y provocando más de 7.700 muertes en un solo año. Este año 2024 se ha convertido en el más crítico en la historia del dengue en la región, marcando un incremento del 175.73% en comparación con el año anterior. Las cifras, que han sido catalogadas como las más elevadas desde que se iniciaron los registros en 1980, reflejan no solo un brote inusitado, sino también la intersección de factores climáticos y sociales que complican su control. Durante una conferencia de prensa, el director de la OPS, Dr. Jarbas Barbosa, subrayó la magnitud de la crisis y la urgencia de abordar los desafíos que presenta la propagación del virus. El informe destaca que Brasil ha sido el país más afectado, con cerca de 10 millones de infecciones y 5.872 muertes, seguido de Argentina, México y Colombia, que juntos concentran el 90% de los casos reportados en la región. Alarmantemente, los niños menores de 15 años han sido especialmente vulnerables, con Guatemala registrando un 70% de las muertes correspondientes a este grupo etario. El fenómeno del dengue no solo se ha limitado a las áreas tradicionalmente endémicas. Regiones como Uruguay y partes de los Estados Unidos, incluyendo Florida y Texas, han visto casos de transmisión local, lo que indica un cambio en la dinámica de la enfermedad. Expertos en salud pública han comenzado a analizar los factores detrás de este aumento sin precedentes, señalando al cambio climático como un motor clave para la proliferación del mosquito Aedes aegypti, conocido por ser el vector del virus del dengue. Las condiciones climáticas, como lluvias intensas y temperaturas elevadas, han creado entornos propicios para la reproducción del mosquito. La OPS ha dejado claro que estos cambios están directamente relacionados con eventos climáticos extremos, incluyendo sequías e inundaciones. La urbanización no planificada y el crecimiento demográfico también han contribuido a aumentar las áreas donde el mosquito puede prosperar, complicando aún más los esfuerzos de control. A pesar de la gravedad de la situación, la OPS ha propuesto estrategias de gestión integradas para la prevención y control de enfermedades arbovirales. Estas incluyen vigilancia de vectores, manejo clínico y la participación activa de la comunidad. Aunque estas medidas han ayudado a mantener relativamente bajos los casos graves, la OPS advierte que las vacunas disponibles no serán suficientes para detener la propagación del virus en el corto plazo debido a limitaciones en el suministro global. El médico infectólogo Ricardo Teijeiro admonesta sobre la importancia de mantener un enfoque claro y consciente ante la población. Asegura que, aunque no es común que se repitan brotes de la misma magnitud, es fundamental continuar tomando precauciones y trabajar en la reducción de los vectores. El ciclo del mosquito es persistente y requiere de un compromiso sostenido para evitar futuras crisis de salud pública. Mirando hacia el futuro, la OPS ha señalado la necesidad imperiosa de fortalecer la vigilancia y la capacidad de respuesta de los sistemas de salud en la región antes de que comience la temporada alta de transmisión en Sudamérica. Entre sus recomendaciones se encuentran la capacitación del personal médico, el monitoreo de casos sospechosos y la educación comunitaria para fomentar comportamientos preventivos. El médico infectólogo Roberto Debbag ha expresado su preocupación por un posible aumento en la incidencia del dengue a lo largo de Latinoamérica. Sin embargo, a pesar de estos desafíos, el 2024 también ha sido testigo de importantes logros en salud pública en la región, con la erradicación del sarampión endémico y el control de enfermedades como la filariasis linfática. El Dr. Barbosa concluyó la conferencia con un mensaje esperanzador. A pesar de las dificultades, es posible aprender lecciones valiosas sobre cómo monitorear y responder a brotes de enfermedades. Con un enfoque proactivo y la colaboración entre países, la región no solo podrá enfrentar el dengue, sino también otras amenazas emergentes como la gripe aviar H5N1. En resumen, el considerable aumento en los casos de dengue en las Américas exige atención inmediata y acción coordinada. La interrelación entre el cambio climático, factores sociales y la salud pública subraya la urgencia de implementar estrategias efectivas que no solo aborden el dengue, sino que también fortalezcan la resistencia de la región ante futuros desafíos sanitarios.