
Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.




Estados Unidos se encuentra en medio de un preocupante brote de sarampión, y Texas se ha convertido en uno de los principales focos de esta crisis de salud. Con al menos 48 casos confirmados en el estado, se trata del peor brote de sarampión en casi tres décadas. La mayor parte de estos casos se han reportado en el condado de Gaines, un área rural con una notable población menonita, donde las tasas de vacunación están muy por debajo de los estándares nacionales. Las autoridades sanitarias han advertido que, si la situación no se maneja adecuadamente, el brote podría extenderse tanto dentro de Texas como hacia otros estados.
A nivel mundial, el sarampión continúa siendo un problema de salud importante. En 2023, más de 10 millones de personas en todo el mundo han contraído el virus. Aunque el sarampión fue declarado eliminado en Estados Unidos en el año 2000, ha habido varios brotes significativos desde entonces, que casi le costaron al país su estatus de eliminación en 2019, cuando se reportaron cerca de 1,300 casos. Después de un descenso notable en los casos durante la pandemia de COVID-19, el sarampión ha comenzado a resurgir, tanto a nivel nacional como internacional.
El brote actual en Texas se ha centrado en el condado de Gaines, que limita con Nuevo México. Según el Departamento Estatal de Servicios de Salud de Texas, todos los casos confirmados están relacionados con personas no vacunadas, y hasta ahora se han hospitalizado 13 pacientes, principalmente niños en edad escolar, muchos de los cuales han requerido cuidados intensivos. Las autoridades creen que hay un número significativo de casos no reportados, estimando que entre 200 y 300 personas podrían estar ya infectadas sin haber sido sometidas a pruebas.
Uno de los factores detrás de este brote es la alarmante tasa de exenciones de vacunación en el condado de Gaines. Los datos estatales indican que solo el 82% de los estudiantes de primaria en esta área recibieron la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola (la triple vírica), muy por debajo del 95% que se considera necesario para lograr la inmunidad colectiva. En escuelas privadas y comunidades que optan por la educación en casa, la tasa de vacunación es aún más baja, lo que pone a la población en un riesgo considerable.
El sarampión es uno de los virus más contagiosos que existen, propagándose a través de las vías respiratorias y permaneciendo en el aire durante horas tras la tos o estornudo de una persona infectada. Los síntomas suelen aparecer entre una y dos semanas después de la exposición y pueden incluir fiebre alta, tos, secreción nasal, ojos rojos y una característica erupción cutánea. Aunque muchas personas se recuperan, el sarampión puede causar complicaciones severas, como neumonía, encefalitis e incluso la muerte, especialmente en niños pequeños y en personas con sistemas inmunitarios comprometidos.
La disminución de las tasas de vacunación en Texas y en todo el país ha generado creciente preocupación entre los especialistas en salud pública. Desde la pandemia, las tasas de vacunación han caído por debajo del 93%, y actualmente se estima que alrededor de 280,000 niños en edad preescolar no tienen documentación sobre la vacuna triple vírica. A pesar de que la ley de Texas exige la vacunación de niños en escuelas públicas, permite exenciones por "razones de conciencia", lo que ha llevado a un aumento en las solicitudes de estas exenciones, particularmente en el condado de Gaines, donde más del 13% de los estudiantes K-12 recibió una exención el año pasado.
La desinformación sobre las vacunas también ha contribuido a esta crisis. La reciente designación de Robert F. Kennedy Jr., un conocido crítico de las vacunas infantiles, como secretario de Salud y Servicios Humanos de EE. UU. ha suscitado temores de que su influencia pueda alimentar el escepticismo sobre las vacunas, potencialmente conduciendo a más brotes de enfermedades prevenibles en el país.
Para abordar esta situación, las autoridades sanitarias han implementado centros de vacunación de emergencia, incluidas clínicas de autoservicio en Seminole, la capital del condado de Gaines. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) han enviado 2,000 dosis de la vacuna triple vírica a Texas, aunque la mayoría de estas dosis se están utilizando para refuerzos en lugar de abordar la necesidad urgente de vacunar a la población no inmunizada.
La situación no se limita a Texas, ya que otros estados como Nuevo México, Alaska, Georgia, Nueva York y Rhode Island han comenzado a reportar casos de sarampión este año. Recientemente, las autoridades sanitarias de Nuevo México confirmaron un caso en un adolescente que no había viajado a Texas, lo que intensifica las preocupaciones sobre la propagación del virus a través de las fronteras estatales. Las autoridades enfatizan la importancia de la vacunación para frenar esta tendencia alarmante y proteger la salud pública.
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