Trump duplica aranceles al acero y aluminio canadiense en medio de tensiones económicas

Trump duplica aranceles al acero y aluminio canadiense en medio de tensiones económicas

Ahora serán del 50% y entrarán en vigor este miércoles. Luego del anuncio, los principales índices de Wall Street cayeron en otra jornada volátil para los mercados por los vaivenes de la guerra comercial

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Economía y Finanzas HACE 21 HORAS

El anuncio de Donald Trump sobre la duplicación de los aranceles al acero y aluminio canadienses ha desencadenado una serie de reacciones que van desde la preocupación económica hasta la indignación política. El presidente estadounidense, mediante un mensaje en su plataforma Truth Social, comunicó que los aranceles, que pasarían del 25% al 50%, entrarían en vigor de inmediato. Esta decisión se produce en un contexto de creciente tensión entre Estados Unidos y Canadá, particularmente después de que la provincia de Ontario implementara un recargo eléctrico que afecta a tres estados de la Unión.


Esta medida parece ser parte de un patrón más amplio del presidente, quien ha expresado en múltiples ocasiones su descontento con las políticas comerciales de Canadá. Trump ha argumentado que estos aranceles son necesarios para proteger la industria estadounidense, mencionando, además, el contrabando de fentanilo y la imposición de altos impuestos a las importaciones de productos lácteos como motivos de su antagonismo hacia el país vecino. Sin embargo, su propuesta de que Canadá debería convertirse en el "Estado Cincuenta y Uno" ha generado un malestar considerable entre los líderes canadienses.


El movimiento viene en un momento delicado para la economía estadounidense, que ya enfrenta señales de desaceleración. Tras el anuncio, los mercados bursátiles experimentaron una caída notable, con el índice S&P 500 retrocediendo un 0,4% y el Dow Jones cayendo un 0,9%. Estas fluctuaciones han suscitado inquietudes acerca de la estrategia económica de Trump y su habilidad para evitar una recesión inminente. La presión sobre los índices bursátiles pone en evidencia la creciente desconfianza de los inversionistas hacia las políticas proteccionistas.


Goldman Sachs, reconocido banco de inversión, ha revisado a la baja sus pronósticos de crecimiento económico para este año, reduciendo la proyección del 2,2% al 1,7%. Además, la posibilidad de una recesión ha aumentado, con un estimado del 20% de probabilidad, lo que ha llevado a algunos analistas a cuestionar la viabilidad de la política comercial de la administración actual. La Casa Blanca ha intentado minimizar estos temores, afirmando que las nuevas políticas traerán consigo la creación de miles de empleos en el sector manufacturero.


Trump, en sus declaraciones, ha intentado presentar la imposición de aranceles como una medida transitoria que, aunque dolorosa a corto plazo, resultará en beneficios a largo plazo para la economía estadounidense. En una entrevista reciente, mencionó que el proceso de "devolver la riqueza a Estados Unidos" es algo significativo que requiere tiempo. Sin embargo, su retórica optimista no ha conseguido calmar los ánimos en los mercados ni entre los economistas.


En un intento por enmendar la situación, la Casa Blanca ha enfatizado que los aranceles están motivando a empresas automotrices como Honda y Volkswagen a considerar inversiones en fábricas dentro de Estados Unidos. La administración sostiene que esta combinación de políticas arancelarias, desregulaciones y un aumento en la producción energética contribuirá a la creación de nuevos puestos de trabajo. Sin embargo, la implementación de estos aranceles podría resultar en un aumento de los costos de producción y, por ende, en precios más elevados para los consumidores.


A medida que la administración de Trump avanza con su agenda comercial, se intensifican las preocupaciones sobre el impacto en las relaciones con aliados clave como Canadá y México. La retórica agresiva y las medidas proteccionistas pueden resultar en represalias y tensiones diplomáticas que complicarían aún más la situación. Las discusiones sobre el Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC) se están complicando, y el futuro de las relaciones comerciales entre estos países se encuentra en un punto crítico.


A medida que se desarrolla esta saga, queda por verse cómo responderán los líderes canadienses a las nuevas medidas. La posibilidad de una guerra comercial entre Estados Unidos y Canadá podría acarrear consecuencias no deseadas para ambas naciones, afectando a numerosos sectores económicos que dependen de una relación comercial fluida y colaborativa.


En conclusión, la decisión de Trump de aumentar los aranceles al acero y aluminio de Canadá es un reflejo de su enfoque proteccionista y su deseo de fortalecer la economía estadounidense, aunque a costa de tensar las relaciones con uno de sus socios más cercanos. La comunidad empresarial, los economistas y los consumidores observarán de cerca las repercusiones de esta política a medida que avancen los días, en un contexto donde la incertidumbre económica parece ser la única certeza.

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