Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
A medida que nos acercamos al final de 2024, la alarmante cifra de 12.669.716 casos de dengue en América se ha vuelto una realidad insostenible. Este número representa un aumento vertiginoso del 175,73% en comparación con el año anterior, según datos proporcionados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Este repunte de casos no solo es una preocupación inmediata para los sistemas de salud pública, sino que también pone de relieve la necesidad urgente de una respuesta coordinada y efectiva. Desde 2021, la tendencia ha sido al alza, pero el incremento observado este año es sin precedentes. Para poner esto en contexto, en 2021 se registraron 1.269.369 casos, una cifra que se disparó a 2.815.920 en 2022, y a 4.594.823 en 2023. Este año, los números han superado cualquier expectativa, lo que plantea serias dudas sobre la capacidad de las autoridades para controlar la propagación de este virus. Más preocupante aún es el incremento en el número de muertes atribuidas al dengue. En 2021, se registraron 437 fallecimientos, cifra que aumentó a 1.290 en 2022, y a 2.467 en 2023. Hasta la fecha, 2024 ha visto una devastadora cifra de 7.713 muertes, lo que representa un aumento del 212,63% respecto al año anterior. Estos números son un claro recordatorio de las consecuencias letales que puede tener este virus. Brasil es el país más afectado por esta crisis, acumulando la asombrosa cifra de 10.021.230 casos y 5.872 muertes. Las cifras en otros países de la región son igualmente preocupantes, con Argentina, México, Colombia, Paraguay y Perú también reportando miles de contagios. Esta situación resalta la urgencia de una respuesta regional coordinada que aborde no solo la propagación del dengue, sino también los factores que agravan su transmisión. La OMS ha señalado que el cambio climático, el aumento de temperaturas y las lluvias repentinas son causas fundamentales del aumento en los casos de dengue. Estas condiciones crean un entorno propicio para la proliferación del mosquito Aedes aegypti, el principal vector del virus. Sin embargo, el Dr. Ildefonso Fernández, director del Centro Regional de Investigación en Salud Pública de México (CRISP), ha señalado que otros factores, como la creciente urbanización y la insuficiencia de los métodos actuales de control de vectores, también juegan un papel crucial en el aumento de los casos. El desafío es aún mayor debido a la resistencia de los mosquitos a los métodos convencionales de control. Fernández enfatiza la importancia de considerar enfoques más integrales y sostenibles que incluyan la participación de la comunidad. La educación y la concienciación son esenciales para que la población adopte acciones preventivas y colaborativas en la lucha contra el dengue. Mirando hacia el futuro, la situación puede complicarse aún más si no se implementan nuevas estrategias. El cambio climático continúa siendo una amenaza en curso, y el aumento de la población en áreas urbanas solo agrava el problema. Sin embargo, Fernández menciona que hay alternativas en desarrollo que podrían marcar la diferencia, como técnicas innovadoras que utilizan radiación para hacer que los mosquitos sean infértiles. Este tipo de innovación, junto con la participación activa de la sociedad, podría cambiar el curso de esta epidemia. La participación comunitaria es crucial. El Dr. Fernández señala que si se logra involucrar a la población en la lucha contra el dengue, se podrían multiplicar los esfuerzos y recursos disponibles para combatir la enfermedad. Esto incluye desde la recolección de criaderos hasta la implementación de mosquiteros, acciones que los ciudadanos pueden realizar en sus propios hogares. Este martes, la OPS planea realizar una conferencia de prensa para ofrecer un balance sobre el dengue, así como sobre otros virus emergentes en la región. Es una oportunidad valiosa para que la comunidad internacional escuche alertas y recomendaciones sobre cómo enfrentar esta crisis de salud pública que ha cobrado vidas y ha puesto en jaque a sistemas de salud de todo el continente. La lucha contra el dengue es más que un desafío médico; es un llamado a la acción para todos los sectores de la sociedad.