Perú destaca en ensayos de Lenacapavir, pero enfrenta barreras de acceso médico

Perú destaca en ensayos de Lenacapavir, pero enfrenta barreras de acceso médico

Lenacapavir, el fármaco revolucionario contra el VIH desarrollado por Gilead Sciences, fue reconocido como el mayor avance científico de 2024. Sin embargo, su alto costo y restricciones de producción limitan su acceso en el Perú.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Salud 19.12.2024

Perú se ha destacado recientemente en la comunidad científica global al ser uno de los países clave donde se llevaron a cabo ensayos clínicos para el innovador medicamento Lenacapavir, reconocido por la revista Science como el mejor avance científico de 2024. Este fármaco, desarrollado por la farmacéutica estadounidense Gilead Sciences, ha mostrado una asombrosa efectividad del 99.9% en la prevención de la transmisión del VIH, lo que representa un hito en la lucha contra el virus que causa el sida.


A pesar de este éxito, el entorno de acceso equitativo a tratamientos médicos se complica en el país andino. La farmacéutica aún no ha autorizado la producción del medicamento en Perú, lo que genera un debate sobre la justicia y la ética en la distribución de avances médicos críticos, especialmente en naciones en vías de desarrollo. Actualmente, el costo del tratamiento anual se eleva a aproximadamente US$ 40.000, un monto que escapa a las posibilidades del común de la población peruana.


Desde su aprobación en 2022 como tratamiento para pacientes con VIH resistente a otros antirretrovirales, Lenacapavir ha abierto la puerta a nuevas oportunidades en la prevención de la infección. Gilead Sciences ha llevado a cabo varias fases de ensayos clínicos, demostrando la efectividad del fármaco en diferentes grupos de riesgo, incluyendo a personas sanas con parejas seropositivas y trabajadores sexuales. Con la promesa de un futuro mejor en la prevención del VIH, surgen cuestionamientos sobre por qué Perú, un país que ha contribuido significativamente al desarrollo de esta terapia, no se beneficiará de su producción.


En junio de este año, Gilead inició el estudio PURPOSE 1 en África, que evidenció una eficacia del 100% en la prevención del VIH en mujeres. En noviembre, se anunciaron los resultados del estudio PURPOSE 2, donde se alcanzó un 96% de efectividad en hombres y personas trans en varias naciones, incluida Perú. A pesar de estos avances, los usuarios locales siguen sin tener acceso a una solución que podría cambiar radicalmente sus vidas.


El funcionamiento de Lenacapavir se basa en una nueva clase de fármacos conocidos como inhibidores de la capside. Este tratamiento tiene la capacidad de bloquear la formación de la estructura proteica del virus, evitando su integración y propagación en el sistema. Su administración semestral mediante inyección subcutánea lo convierte en una opción menos invasiva que los tratamientos tradicionales, que requieren dosis diarias.


Sin embargo, la regulación del acceso a este medicamento se complica aún más por las decisiones comerciales de Gilead. La farmacéutica no ha otorgado licencias voluntarias a Perú ni a la mayoría de los países de América Latina, lo que significa que el acceso a la versión genérica del medicamento sigue siendo un sueño distante. En lugares sin la licencia de producción, el costo de Lenacapavir se dispara a US$ 42.250 anuales, una cifra que contrasta drásticamente con el costo potencial de solo US$ 100 anuales para una versión genérica.


El monopolio de Gilead sobre Lenacapavir, que se extenderá hasta 2037, plantea un dilema ético que la comunidad médica y los defensores de derechos humanos están comenzando a cuestionar. Marlon Castillo, coordinador del Grupo Impulsor de Vigilancia en Abastecimiento de Medicamentos Antirretrovirales (GIVAR), expresó su frustración al declarar: “Nos parece cruel el hecho de que se usen a nuestra población para el estudio, pero que finalmente no seamos beneficiados con el producto cuando ya se comprobó su eficacia”.


Esta situación ha desatado un ferviente debate sobre el acceso equitativo a los medicamentos en países con menos recursos. La comunidad internacional observa de cerca cómo las decisiones tomadas por las corporaciones farmacéuticas pueden afectar la vida de miles de personas en naciones que dependen de estos avances para su salud y bienestar.


Mientras los ensayos clínicos continúan proporcionando resultados prometedores, el camino hacia la accesibilidad de Lenacapavir en Perú y otras naciones en desarrollo sigue cerrado. La presión sobre Gilead para que reconsidere su enfoque y permita la producción local del medicamento se intensifica, ya que la esperanza de millones de personas en riesgo de infección por VIH está en juego.


El dilema que enfrenta Perú resuena a nivel global, donde la intersección entre ciencia, ética y comercio se vuelve cada vez más compleja. A medida que el mundo avanza en la lucha contra el VIH, es crucial que los logros científicos se traduzcan en beneficios tangible y accesibles para todos, independientemente de su ubicación geográfica o situación económica. El futuro del tratamiento del VIH podría depender no solo de avances científicos, sino también de un compromiso genuino con la justicia social y el acceso equitativo a la salud.

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