Fallece Eduardo Añaños, pionero del emprendimiento peruano y fundador de AJE

Fallece Eduardo Añaños, pionero del emprendimiento peruano y fundador de AJE

El patriarca de la familia Añaños y visionario fundador de AJE, Eduardo Añaños Pérez, falleció durante la noche del último sábado a los 94 años.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Mundo HACE 23 HORAS

La reciente pérdida de Eduardo Añaños Pérez, fundador del Grupo AJE, ha resonado en el Perú y en el extranjero, marcando el fin de una era para uno de los emblemas del emprendimiento peruano. A sus 94 años, Añaños dejó un legado que trasciende la historia familiar y empresarial, siendo un ejemplo de perseverancia y visión en un contexto sociopolítico adverso. Su historia, junto a su esposa Mirtha y sus seis hijos, comenzó en San Miguel, Ayacucho, donde cultivaban la tierra en medio de la violencia desatada por el grupo terrorista Sendero Luminoso.


En la búsqueda de un futuro mejor, la familia Añaños se trasladó a Huamanga en los años 80, donde se enfrentaron a la adversidad no solo con determinación, sino con una idea innovadora: producir gaseosas. En 1988, en el patio de su casa, dieron inicio a su aventura empresarial con una sola máquina capaz de embotellar 50 cajas de bebida por día. Desde el primer momento, la familia trabajó unida en el embotellado, etiquetado y distribución, creando no solo un producto, sino una identidad local en medio de la crisis.


A medida que los Añaños se establecieron en este nuevo rubro, supieron identificar una necesidad insatisfecha en su comunidad. La demanda de bebidas gaseosas era alta, pero la violencia de la época limitaba la llegada de grandes marcas como Coca-Cola y Pepsi. Su enfoque en ofrecer un “precio justo y calidad” les permitió posicionarse rápidamente como líderes en Ayacucho y extender su influencia a otras provincias del sur del país.


En 1997, la llegada de Kola Real a Lima marcó un hito, logrando un 6.6% de participación en el mercado en su primer año. Este impulso no solo consolidó su presencia en el Perú, sino que sentó las bases para la internacionalización de la empresa unos años después. Renombrada como Big Cola, la marca inició su exitoso recorrido por América Latina, comenzando en Venezuela en 1999 y continuando su expansión hacia Ecuador y México.


Más allá del crecimiento de la empresa, el impacto de Eduardo Añaños se puede observar en su filosofía empresarial. Su visión abarcó no solo la producción, sino también el desarrollo de comunidades locales. Su familia y su empresa han enfatizado la importancia de generar oportunidades en el país, demostrando que el éxito empresarial puede ir de la mano con el compromiso social.


El Grupo AJE se ha transformado en un conglomerado de marcas de consumo masivo, con presencia en 23 países y un portafolio que incluye más de ocho categorías de productos. Entre sus marcas más emblemáticas se encuentran Cielo, AMAYU, Big Cola y Volt, que han logrado penetrar en un mercado global competitivo. Las operaciones de AJE han sido acompañadas de patrocinios destacados en el ámbito deportivo, como su alianza con el Real Madrid y el Paris Saint-Germain, consolidando su imagen a nivel internacional.


El reconocimiento a su legado se extiende más allá del ámbito empresarial. La Fundación Eduardo y Mirtha Añaños, creada por la pareja, refleja su compromiso con la educación, la producción local y la ayuda social. A través de esta organización sin fines de lucro, han trabajado en iniciativas que promueven la sostenibilidad y el voluntariado, demostrando que el éxito empresarial también puede contribuir a un mundo mejor.


El impacto de Eduardo Añaños no solo se mide en cifras y expansión, sino en su visión de un Perú con oportunidades. Su legado se mantiene vivo en las enseñanzas a su familia y en la cultura empresarial que ha dejado en el Grupo AJE. El optimismo y la fe en el potencial del país que Añaños encarnó son lecciones que perdurarán en el tiempo.


La historia de Eduardo Añaños es un testimonio de cómo la adversidad puede transformarse en oportunidades, y cómo una visión familiar puede dar lugar a un imperio empresarial. Su partida deja un vacío, pero también una inspiración para futuras generaciones de emprendedores que buscan seguir sus pasos, aprendiendo de su legado y aspirando a construir un Perú más fuerte y unido.

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