Soldado de Fort Bliss supera la batalla contra el cáncer para brillar en las pruebas del Ejército, inspirando a muchos.

Soldado de Fort Bliss supera la batalla contra el cáncer para brillar en las pruebas del Ejército, inspirando a muchos.

El Sargento de Primera Clase David Hong compite en las Pruebas del Ejército 2025, mostrando resiliencia tras haber luchado contra el cáncer y enfatizando la fortaleza de buscar ayuda.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Salud 14.04.2025

FORT BLISS, TX. - En un poderoso testimonio de resiliencia y apoyo comunitario, el Especialista en Asuntos Religiosos Sargento de Primera Clase David Hong está causando sensación en las Pruebas del Ejército 2025, compitiendo junto a más de 60 soldados heridos, enfermos o lesionados. El increíble viaje de Hong hasta este punto no se trata meramente de competencia; es un reflejo de la fuerza que se encuentra en la vulnerabilidad y la importancia de buscar ayuda en tiempos difíciles. La odisea de Hong comenzó en julio de 2022, cuando una colonoscopia de rutina reveló un diagnóstico impactante: casi cáncer en etapa 4. "Mi médico me salvó la vida", declaró, recordando cómo el procedimiento llevó al descubrimiento de una obstrucción que requirió cirugía de emergencia. Desafortunadamente, lo que siguió fue una serie abrumadora de desafíos, incluyendo 23 sesiones de quimioterapia y múltiples cirugías para eliminar el cáncer de su hígado y el revestimiento de su estómago. En cada paso del camino, Hong luchó valientemente contra un enemigo implacable que pronto se extendió a sus pulmones y ganglios linfáticos. Estacionado en Fort Carson, Hong estaba familiarizado con la Unidad de Recuperación de Soldados (SRU), donde encontró apoyo durante su enfermedad. "¡Ellos están al tanto de todo! Tienen equipos que ayudan con diferentes partes de tu recuperación", explicó, destacando el esfuerzo colaborativo de los administradores de casos de enfermería, trabajadores sociales y personal médico que desempeñaron roles fundamentales en su camino hacia la sanación. Como parte de su recuperación, Hong descubrió los deportes adaptativos, una nueva pasión que reavivó su espíritu. "Aprendí sobre el baloncesto en silla de ruedas en la SRU de Fort Carson y me encantó", compartió Hong, expresando también su entusiasmo por el voleibol sentado y el pickleball. Estos deportes se convirtieron en parte integral de su entrenamiento, culminando en su participación en las Pruebas del Ejército, donde compitió en tiro con arco, ciclismo y eventos de campo. A pesar de los desafíos planteados por su lucha continua contra el cáncer, Hong se mantiene esperanzado. Aspira a regresar al servicio activo, pero reconoce las realidades de su diagnóstico en etapa 4. “El problema con el cáncer es que es recurrente, así que no soy desplegable”, admitió, añadiendo: “Vamos a esperar y ver qué pasa con mi tratamiento”. Las motivaciones de Hong son profundamente personales. Al celebrar 25 años de matrimonio con su esposa, Mónica, y ser padre de tres hijas, reconoce la tensión que su diagnóstico ha impuesto en su familia. Su fe, junto con el apoyo inquebrantable de sus seres queridos, ha sido su fuerza impulsora. “Mi fe y mi familia me alimentan”, afirmó, reflexionando sobre los recursos emocionales que lo han impulsado durante este tiempo tumultuoso. En las Pruebas del Ejército, Hong se encontró entre lo que describió como "los mejores atletas de todos los tiempos", sintiéndose honrado de ser considerado para el Equipo del Ejército. "Me da escalofríos solo pensarlo. Amo tanto al Ejército, y es difícil aceptar que tal vez tenga que hacer una transición", compartió, subrayando la profunda conexión que siente con sus compañeros soldados. Su viaje no pasó desapercibido; en la ceremonia de clausura, recibió el honor de "Corazón del Equipo", según votación de sus compañeros. Este reconocimiento es un testimonio del espíritu y la camaradería que subyacen en la comunidad del Ejército, especialmente frente a la adversidad. El mensaje de Hong a sus compañeros soldados es claro: buscar ayuda es un signo de fortaleza, no de debilidad. “Sé de mente abierta y muestra gracia hacia diferentes programas. La SRU es una gran manera de darle a un soldado la oportunidad de recuperarse y crecer”, aconsejó, animando a otros a salir de sus zonas de confort. “Pedir ayuda no significa que seas débil; significa que estás dispuesto. Sal de tu zona de confort y recupera tu bienestar”. En un mundo que a menudo equipara la vulnerabilidad con la fragilidad, el Sargento de Primera Clase David Hong se erige como un poderoso recordatorio de que el camino hacia la recuperación está pavimentado con fuerza, comunidad y el innegable espíritu humano.

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