
Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.




En un estudio innovador, investigadores de The Jackson Laboratory (JAX) y UConn Health han descubierto conocimientos cruciales sobre cómo los cánceres agresivos manipulan el proceso de empalme de ARN, un fenómeno que podría allanar el camino para estrategias de tratamiento innovadoras. Dirigido por Olga Anczukow, profesora asociada en JAX, el equipo ha destacado el papel de los "exones venenosos", elementos genéticos que funcionan como interruptores naturales para la producción de proteínas, y su potencial en la lucha contra tumores, particularmente aquellos que son difíciles de tratar, como el cáncer de mama triple negativo y ciertos tumores cerebrales. El empalme de ARN es similar al proceso de edición de una película, donde se seleccionan diversas secuencias para crear diferentes narrativas. En células sanas, este proceso está finamente ajustado para producir proteínas clave necesarias para la función celular. Sin embargo, cuando el cáncer aparece, interrumpe este delicado equilibrio, llevando a un crecimiento tumoral descontrolado. El estudio revela que las células cancerosas pueden suprimir la actividad de los exones venenosos en un gen vital conocido como TRA2b. Esta supresión resulta en niveles elevados de proteína TRA2b, que a su vez promueve la proliferación tumoral. Anczukow y sus colegas establecieron un vínculo directo entre los bajos niveles de inclusión de exones venenosos en el gen TRA2b y malos resultados en pacientes con varios tipos de cáncer, incluidos el cáncer de mama, tumores cerebrales y otros. En un esfuerzo por contrarrestar esta malignidad, los investigadores exploraron el uso de oligonucleótidos antisentido (ASOs, por sus siglas en inglés), fragmentos de ARN sintético diseñados para aumentar la inclusión de exones venenosos. Al introducir ASOs en células cancerosas, el equipo activó efectivamente el interruptor de muerte, permitiendo que el cuerpo degradara el exceso de ARN TRA2b y potencialmente inhibiera la progresión tumoral. "Descubrimos que los ASOs pueden aumentar rápidamente la inclusión de exones venenosos", declaró Nathan Leclair, estudiante de posgrado en medicina y doctorado y autor principal del estudio, enfatizando la precisión de este nuevo enfoque terapéutico. Curiosamente, la investigación también indicó que eliminar completamente las proteínas TRA2b a través de la edición genética CRISPR no detuvo el crecimiento tumoral, lo que sugiere que apuntar al ARN en sí mismo puede dar resultados más efectivos que dirigirse directamente a las proteínas. Este mecanismo indica que el ARN que contiene exones venenosos puede desempeñar un papel en la secuenciación de otras proteínas unidas al ARN, creando así un entorno más perjudicial para las células cancerosas. De cara al futuro, el equipo es optimista sobre la posibilidad de refinar las terapias basadas en ASO y determinar métodos efectivos para administrarlas a los tumores. Los datos iniciales sugieren que estas terapias son altamente específicas y no interrumpen las funciones celulares normales, posicionándolas como candidatas prometedoras para futuros tratamientos contra el cáncer. Las implicaciones de este estudio son profundas, no solo ofreciendo una nueva comprensión de la biología del cáncer, sino también abriendo puertas a estrategias terapéuticas innovadoras que podrían cambiar el panorama del tratamiento para algunas de las formas más agresivas de cáncer. A medida que la investigación avanza, hay esperanza de que estos hallazgos conduzcan a intervenciones más efectivas, mejorando los resultados para innumerables pacientes que enfrentan estas enfermedades desafiantes.