Recortes en la financiación del NIH generan clamor: las instituciones de investigación se preparan para el impacto en la innovación.

Recortes en la financiación del NIH generan clamor: las instituciones de investigación se preparan para el impacto en la innovación.

Los NIH limitan los costos de F&A al 15%, lo que provoca una reacción negativa por parte de las universidades debido al posible daño a la investigación en salud crucial y a los recortes de financiamiento.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Salud 10.02.2025
Las universidades de investigación y las escuelas de medicina en Estados Unidos están enfrentando un cambio sísmico en la financiación federal, tras el reciente anuncio de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de limitar los costos de "Instalaciones y Administración" (F&A) al 15%. Esta reducción significativa, descrita por algunos legisladores como "catastrófica", amenaza con obstaculizar la investigación y el desarrollo innovador en cuestiones de salud críticas como el Alzheimer, el cáncer y otras enfermedades graves. El cambio de política, que busca alinear las prácticas de financiación federal con las de las fundaciones privadas, ha generado preocupaciones inmediatas entre las instituciones educativas que dependen en gran medida de las subvenciones del NIH. Actualmente, estas subvenciones proporcionan un apoyo sustancial para los costos operativos asociados con la investigación, costos que incluyen el mantenimiento de laboratorios, seguridad, procesamiento de datos y la administración general necesaria para llevar a cabo investigaciones avanzadas. David J. Skorton, presidente de la Asociación de Escuelas de Medicina de América, y la directora científica Elena Fuentes-Afflick, expresaron sus temores en una declaración conjunta, enfatizando que la drástica reducción en el reembolso de costos indirectos sofocará la capacidad de investigación, ralentizará el progreso científico y, en última instancia, privará a los pacientes en todo el país de tratamientos e innovaciones necesarios. Advertieron que las implicaciones de esta política podrían llevar a la pérdida de empleos y a tiempos de espera más largos para nuevos avances médicos, cediendo efectivamente el liderazgo en innovación biomédica a otros países. Mark Becker, presidente de la Asociación de Universidades Públicas y de Tierras, expresó sentimientos similares, argumentando que los recortes representan una retirada de los compromisos federales para apoyar iniciativas de investigación líderes. Subrayó que las universidades públicas son fundamentales para avanzar en tratamientos para enfermedades crónicas y que esta reducción de financiación amenaza el progreso logrado en el campo médico. Críticamente, los propios datos del NIH revelan que una parte significativa de su presupuesto—casi $9 mil millones de los $35 mil millones asignados para investigación durante el año pasado—se dedicó a cubrir costos administrativos. Al implementar este nuevo límite, el NIH anticipa ahorrar más de $4 mil millones anuales, una decisión que ha generado reacciones negativas de estados e instituciones dependientes de estos fondos. En un intento por detener la implementación de la política, 22 estados han presentado una demanda contra el NIH, argumentando que el cambio viola los acuerdos de financiación existentes. La presidenta del Comité de Asignaciones del Senado de EE. UU., Susan Collins, también ha expresado una fuerte oposición, enfatizando el impacto devastador que este límite tendría en las instituciones de investigación de Maine, que son cruciales en la lucha contra enfermedades prevalentes en el estado. Las repercusiones políticas son significativas, con líderes congresionales de ambos partidos calificando las acciones del NIH como perjudiciales para las iniciativas de salud pública. La miembro de mayor rango del Comité de Asignaciones del Senado, Patty Murray, declaró que la política podría descarrilar proyectos de investigación esenciales y llevar a recortes de empleo en todo el país, poniendo en riesgo a los pacientes. La representante demócrata de Connecticut, Rosa DeLauro, ha adoptado una postura firme contra el movimiento del NIH, acusando a la agencia de violar la ley y poner en peligro los esfuerzos de investigación en curso que abordan una multitud de crisis de salud que afectan a las familias estadounidenses. A medida que avanza la demanda federal, las implicaciones de esta reducción de financiación sin duda resonarán en las instituciones de investigación, alterando potencialmente el panorama de la ciencia médica en Estados Unidos. Mientras las universidades de investigación se preparan para el impacto de estos cambios, muchos están pidiendo una reconsideración de la política, enfatizando que los costos asociados con la investigación son fundamentales para mantener el impulso del descubrimiento científico. Con las apuestas más altas que nunca, el futuro de la investigación biomédica estadounidense está en juego, mientras las instituciones lidian con un modelo de financiación que podría pronto limitar su capacidad para innovar y avanzar en la salud pública.
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