Israel en alerta máxima ante los terremotos en Grecia: temores de tsunami provocan preparativos urgentes.

A medida que las islas griegas de Santorini y Amorgos continúan experimentando una serie de terremotos, con temblores que alcanzan un pico de 5.3 en la escala de Richter, crecen los temores en Israel sobre la posibilidad de un tsunami. Esta preocupación ha llevado a discusiones urgentes entre los funcionarios israelíes sobre la preparación del país para tal evento. Ubicado a aproximadamente 900 kilómetros del epicentro de la actividad sísmica, Israel está en alerta máxima. El Vicejefe del Consejo de Seguridad Nacional convocó una reunión con líderes de los servicios de emergencia, ministerios gubernamentales y representantes militares para evaluar la situación y formular un plan de respuesta. El Consejo ha indicado que, en caso de un terremoto significativo en el Egeo, Israel podría tener hasta dos horas de advertencia antes de que llegue una ola de tsunami. A pesar de las perturbaciones geológicas en curso en las cercanías, los funcionarios israelíes no han emitido advertencias de viaje para Santorini, lo que sugiere un nivel de confianza—o quizás una esperanza—de que la situación se estabilizará sin repercusiones directas para el país. Sin embargo, la posibilidad de un desastre se cierne sobre ellos, y se están llevando a cabo discusiones para enviar posiblemente una delegación humanitaria a Grecia si la situación se agrava. El Dr. Efraim Laor, un destacado experto israelí en terremotos, habló con el Servicio de Prensa de Israel sobre los desafíos de la predicción de tsunamis y el estado actual de la preparación de Israel. Según Laor, aunque el país ha experimentado tsunamis menores en el pasado, como el de mayo de 2021 que midió alrededor de 13 centímetros, la preparación general para un tsunami sustancial es alarmantemente inadecuada. Enfatizó la imprevisibilidad de tales desastres naturales, afirmando: “No voy a predecir cuándo habrá un tsunami”. Laor criticó al gobierno israelí por su falta de acción en proporcionar mapas de inundación por tsunami, que argumenta son cruciales para la planificación y estrategias de evacuación. Señaló que la ausencia de estos mapas hace imposible determinar qué áreas están en riesgo o cuántas personas necesitarían evacuar en caso de un tsunami. La construcción de infraestructura crítica como el Hospital Rambam en Haifa aumenta la preocupación. Laor notó que el hospital está situado en una llanura de inundación, lo que podría crear consecuencias graves en caso de que ocurra un tsunami. Lamentó la oportunidad perdida para una planificación adecuada, afirmando: “Si el gobierno hubiera adoptado los mapas de inundación, no habría permitido que lo construyeran”. El Comando del Frente Interior de Israel ha establecido directrices para los residentes en caso de una advertencia de tsunami, aconsejando a las personas que se desplacen al menos un kilómetro tierra adentro. Sin embargo, Laor expresó escepticismo sobre la resiliencia de los estándares de construcción israelíes ante el devastador poder de un tsunami, citando sus observaciones de visitas a áreas afectadas por tsunamis donde la destrucción fue significativa. La situación sigue siendo fluida mientras Israel lidia con las implicaciones de la actividad sísmica en curso en Grecia. La posibilidad de un tsunami sirve como un recordatorio contundente de la necesidad de una mejor preparación y planificación en un país que se encuentra en los bordes tectónicos del Mediterráneo Oriental, ilustrando las graves consecuencias de la complacencia ante las amenazas naturales. A medida que los funcionarios navegan por este paisaje precario, la llamada a la acción urgente y a medidas de seguridad mejoradas se hace más fuerte, subrayando la necesidad crítica de una respuesta robusta ante posibles desastres.