Fuerte terremoto en Kamchatka genera alertas de tsunami en el Pacífico global

Fuerte terremoto en Kamchatka genera alertas de tsunami en el Pacífico global

El sismo, de 8,8 grados en la escala de Richter, ha activado alertas en Japón y los territorios estadounidenses de Hawái y Alaska

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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La península de Kamchatka, en el este de Rusia, ha sido epicentro de un fuerte terremoto que ha sacudido la región a las 11:25 de la mañana (hora local) del miércoles. Con una magnitud de 8,8 en la escala de Richter, el sismo se registró a una profundidad de 18,2 kilómetros bajo el lecho marino y ha generado alarmas de tsunami en diversas áreas del Pacífico. Las olas generadas por este fenómeno natural han alcanzado alturas de entre 3 y 4 metros, lo que ha llevado a la activación de protocolos de emergencia en varios países a lo largo de la costa del océano Pacífico.


Según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), aunque la magnitud del terremoto fue considerable, su impacto se sintió de manera limitada en Japón. En varias ciudades del extremo sureste de la isla de Hokkaido, como Kushiro y Akkeshi, el sismo obtuvo un nivel dos en la escala sísmica japonesa, que va de uno a siete. Esto indica que la agitación en la superficie fue leve y que el potencial destructivo fue relativamente bajo en comparación con otros eventos sísmicos.


No obstante, Japón no ha escapado del peligro de un tsunami. Las autoridades japonesas han emitido una alerta para las costas del Pacífico, con predicciones de olas de hasta 3 metros. En respuesta, se ha ordenado la evacuación de la población en las áreas costeras del sudeste y sur de Hokkaido, y se han reportado imágenes de residentes buscando refugio en las azoteas de los edificios para evitar las inundaciones. Además, la bahía de Tokio y Osaka están bajo aviso de tsunami con proyecciones de olas de hasta un metro.


En Estados Unidos, la situación ha llevado a la activación de una alerta de tsunami en el estado de Hawái y en las Islas Aleutianas de Alaska, donde residen aproximadamente 5,000 personas. El Servicio Meteorológico Nacional (NWS) ha clasificado la alerta en nivel máximo para Hawái y ha emitido un aviso amarillo, que fue posteriormente elevado a naranja, para toda la costa oeste de Estados Unidos y Canadá. El presidente Donald Trump utilizó su red social para advertir a los ciudadanos sobre la amenaza, instando a la población a mantenerse segura.


La alerta no se limita solo a los territorios del norte del Pacífico. En México, el Centro de Alertas de Tsunamis de la Secretaría de Marina ha emitido un aviso para las costas del Pacífico, advirtiendo sobre la llegada de olas de menos de 20 centímetros a partir de las 2:00 de la mañana del miércoles (hora local). Las autoridades han recomendado a la población que se mantenga alejada de las playas hasta que se cancele la alerta, y han advertido de corrientes fuertes en las entradas de los puertos.


Chile, por su parte, no ha permanecido ajeno al evento. La directora nacional del Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred), Alicia Cebrián, anunció la declaración de una "amenaza de tsunami" para toda la costa del país, incluyendo el territorio antártico. Esto incluye la coordinación necesaria para prepararse ante posibles evacuaciones, alineándose con la planificación de respuesta a desastres.


Las imágenes y los reportes desde diferentes regiones muestran un ambiente de ansiedad y preparación, mientras los ciudadanos buscan seguridad ante la inminente amenaza. En Japón, las autoridades han implementado medidas de evacuación, mientras que en Estados Unidos y México, los ciudadanos se preparan para posibles emergencias.


La comunidad internacional observa con preocupación, pues un terremoto de tal magnitud no solo tiene implicaciones inmediatas en la región afectada, sino que también puede repercutir en otros países a lo largo del océano Pacífico. Las redes sociales y los medios de comunicación están inundados de actualizaciones en tiempo real, mientras las autoridades continúan evaluando la situación y enviando alertas a la población.


Es un momento crítico que pone a prueba los sistemas de alerta y la preparación de los países en zonas sísmicas. El mundo espera que la respuesta a esta catástrofe natural sea rápida y efectiva, minimizando los riesgos para la población y mitigando el impacto de un fenómeno que, aunque natural, puede tener consecuencias devastadoras.

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