Investigación revela soledad y estigmas en personas con VIH mayores de 50 años

Investigación revela soledad y estigmas en personas con VIH mayores de 50 años

Un estudio revela que personas con VIH mayores de 50 años enfrentan soledad y aislamiento, afectando su salud mental y calidad de vida.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Salud 03.02.2025
Las recientes investigaciones han puesto de manifiesto una problemática alarmante que afecta a un colectivo a menudo olvidado: las personas con VIH mayores de 50 años. Un estudio realizado en 22 centros hospitalarios de nueve comunidades autónomas ha revelado que estos individuos, que padecen ansiedad y estigmas sociales, son más propensos a experimentar soledad no deseada. La investigación, titulada 'Soledad y aislamiento social en personas con VIH de 50 años o más', ha sido coordinada por el doctor José Ramón Blanco, del Hospital Universitario San Pedro de Logroño. La soledad no deseada y el aislamiento social constituyen realidades complejas y preocupantes. Según el estudio, un total de 399 personas con VIH, que en su mayoría son hombres con una edad media de 59,9 años, han participado en esta investigación. A través de encuestas, se evaluaron no solo la soledad y el aislamiento, sino también múltiples aspectos sociodemográficos, comorbilidades y el impacto del estigma social. Los hallazgos indican que las personas con VIH que viven solas sin desearlo, que están desempleadas o jubiladas, y que presentan ansiedad y mala calidad de vida son más propensas a sentirse solas. Sorprendentemente, el estudio también revela que la depresión está fuertemente asociada con el aislamiento social. Esta conexión entre la salud mental y el entorno social pone de manifiesto la necesidad urgente de estrategias que aborden estos problemas. Es importante distinguir entre soledad y aislamiento social, conceptos que a menudo se confunden. La soledad es una percepción subjetiva, donde una persona siente que le falta conexión emocional, mientras que el aislamiento social se refiere a la falta de un círculo social objetivo. Esta diferenciación es crucial para abordar las intervenciones que podrían ayudar a estas personas a mejorar su calidad de vida. El impacto del estigma asociado al VIH es un factor que no puede pasarse por alto. A pesar de los avances en la comprensión y tratamiento del VIH, el estigma persiste, lo que a menudo conduce a una mayor sensación de soledad. José Ramón Blanco subraya la necesidad imperiosa de desmantelar estos mitos y prejuicios que rodean a la enfermedad para que las personas afectadas puedan vivir con dignidad y conectarse con su entorno. El estudio también ha evidenciado que, si bien una mayoría de los participantes no reportó soledad ni aislamiento, un porcentaje significativo sí reconoció síntomas de ansiedad y depresión. Este hallazgo destaca la importancia de la salud mental en la vida de las personas con VIH y la necesidad de atención integral que considere tanto el bienestar físico como el emocional. La investigación se desarrolla en un contexto donde la soledad no deseada no es exclusiva de los mayores de 50 años. Blanco menciona que este fenómeno también afecta a los grupos más jóvenes, lo que indica que se trata de un problema social más amplio que necesita atención urgente. Es crucial que la sociedad en su conjunto reconozca estas realidades y actúe en consecuencia. Con miras al futuro, Blanco ha destacado que la investigación no finaliza aquí. Se planea llevar a cabo un nuevo estudio que explore el impacto de la soledad en la salud mediante marcadores en sangre. Esta fase buscará un entendimiento más profundo de cómo la soledad y el aislamiento social afectan la salud física de las personas con VIH. Finalmente, el doctor Blanco enfatiza la importancia de trabajar en colaboración con grupos de pacientes y asociaciones para buscar soluciones integrales a esta problemática. "Deseamos no solo añadir años a la vida de los pacientes, sino también garantizar que esos años sean vividos con calidad", concluye. Es un momento crucial para abrir el diálogo sobre la soledad y el aislamiento social en la población con VIH. La comunidad médica, los responsables políticos y la sociedad en general deben unirse para crear un entorno donde cada individuo, independientemente de su estado de salud, pueda encontrar apoyo y conexión. La lucha contra el estigma y la soledad debe ser una prioridad en nuestra agenda social.
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