Las elecciones dietéticas importan: reduce las carnes procesadas para disminuir el riesgo de demencia y problemas de salud.

Las elecciones dietéticas importan: reduce las carnes procesadas para disminuir el riesgo de demencia y problemas de salud.

La investigación destaca una relación entre el consumo de carne roja procesada y un aumento en el riesgo de demencia, instando a elegir opciones dietéticas más saludables para proteger la salud cognitiva.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Salud 26.01.2025

Investigaciones recientes han arrojado luz sobre el impacto significativo de las elecciones dietéticas en nuestra salud cognitiva, particularmente en lo que respecta al riesgo de demencia. Científicos, incluyendo a Eef Hogervorst, profesor de Psicología Biológica, y Emma D'Donnell, profesora asociada de Fisiología del Ejercicio, ambos de la Universidad de Loughborough, han enfatizado la alarmante relación entre el consumo de carne roja procesada y varios riesgos para la salud, incluyendo demencia, diabetes, cáncer y enfermedades cardíacas. El dúo destacó que el consumo de carne roja procesada—como salchichas, tocino, perritos calientes y salami—se ha asociado con un aumento del 16% en el riesgo de desarrollar demencia. Esta afirmación se basa en un estudio integral que involucró a más de 133,000 profesionales de la salud en los Estados Unidos, quienes fueron monitoreados durante más de 40 años. Entre estos individuos, poco más de 11,000 fueron diagnosticados con demencia durante el período del estudio. Los hallazgos indicaron que consumir dos porciones de carne roja procesada a la semana podría aumentar el riesgo de demencia en un 14% en comparación con aquellos que la consumían con menos frecuencia. Los investigadores sugieren que sustituir la carne roja procesada por fuentes de proteínas más saludables—como nueces, tofu o frijoles—podría reducir potencialmente el riesgo de demencia hasta en un 19%. Además, sus análisis revelaron una correlación directa entre el alto consumo de carnes rojas y procesadas y el aumento de las tasas de mortalidad por cáncer y enfermedades cardíacas. Alarmantemente, se estima que casi uno de cada diez muertes relacionadas con el cáncer podría haberse evitado si las personas hubieran limitado su ingesta diaria de carne roja a menos de 42 gramos—menos de media porción. Las implicaciones de estos hallazgos son críticas, especialmente considerando que la enfermedad de Alzheimer sigue siendo la principal causa de muerte en el Reino Unido. Los problemas de memoria suelen representar los síntomas iniciales de esta condición, que luego escalan a discapacidades cognitivas significativas, afectando la vida diaria y las interacciones sociales. Expertos como el profesor Tim Spector también han expresado estos sentimientos, revelando sus experiencias personales con cambios dietéticos. Después de experimentar un susto de salud, Spector eliminó la carne roja de su dieta durante seis años. Sin embargo, más tarde descubrió que este cambio drástico llevó a deficiencias de vitamina B12, lo que le llevó a reintroducir la carne de forma ocasional para mantener su salud. Hogervorst y D'Donnell enfatizaron los impactos negativos para la salud de las carnes rojas y procesadas, que a menudo son altas en grasas saturadas y colesterol. Estas dietas pueden contribuir a la acumulación de depósitos grasos en los vasos sanguíneos, lo que aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas. Además, el alto contenido de sal en las carnes procesadas puede elevar la presión arterial, exacerbando problemas de salud relacionados con la demencia. Por el contrario, los investigadores abogan por la incorporación de "grasas buenas" que se encuentran en alimentos como nueces, pescado graso, aceite de oliva y aguacates, los cuales pueden ofrecer beneficios protectores contra el deterioro cognitivo y la demencia. A medida que la conversación sobre la dieta y la salud continúa evolucionando, se hace cada vez más evidente que tomar decisiones nutricionales informadas puede desempeñar un papel fundamental en la protección de nuestra salud cognitiva. El llamado a la acción es claro: considerar reducir la ingesta de carne roja procesada y adoptar una dieta variada rica en proteínas de origen vegetal y grasas saludables para un futuro más saludable.

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