Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Investigaciones recientes realizadas por especialistas del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) han revelado un hallazgo prometedor en la lucha contra el dengue, una enfermedad viral de creciente preocupación a nivel mundial. En un estudio publicado en la revista Plants, se demuestra que un extracto derivado de la piel de maní tiene la capacidad de inhibir el virus del dengue en diversas etapas de su ciclo de replicación, un avance que podría sentar las bases para futuros tratamientos naturales, económicos y sostenibles. El dengue, transmitido por el mosquito Aedes aegypti, ha visto un incremento notable en los casos registrados en los últimos años, lo que ha llevado a la comunidad científica y médica a buscar soluciones efectivas. Actualmente, no existen medicamentos antivirales accesibles que puedan tratar esta enfermedad, lo que hace aún más relevante el trabajo realizado por los investigadores del Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Salud (INICSA, CONICET-UNC) y del Instituto de Biotecnología Ambiental y Salud (INBIAS, CONICET-UNRC). El grupo de investigación, liderado por la Dra. Carola Sabini, decidió centrar su estudio en la planta de maní debido a sus conocidas propiedades antiinflamatorias y antimicrobianas. La elección de esta leguminosa no solo es relevante por sus características intrínsecas, sino también por el hecho de que su piel, un residuo de la industria, podría ser reutilizada para la creación de un antiviral. “Nuestro estudio busca la revalorización de ese residuo a través de obtener un antiviral contra el virus del dengue, algo que no había sido probado antes”, explica Sabini. Mediante ensayos in vitro en cultivos celulares, los investigadores analizaron tanto el extracto de la piel de maní como el de la semilla. Mientras que el extracto de semilla mostró una actividad antiviral limitada, el extracto de tegumento demostró una capacidad notable para inactivar el virus DENV-2, incluso en bajas concentraciones. Esta diferencia en efectividad parece estar relacionada con la composición química de cada extracto, donde la piel de maní contiene polifenoles y proantocianidinas, moléculas conocidas por sus propiedades antioxidantes y antivirales. El estudio también reveló que el extracto de tegumento no solo inactiva el virus, sino que lo hace en todas las etapas de su ciclo de replicación, lo que incluye la adsorción y penetración del virus en las células. Esta acción virucida permite que el extracto de maní sea potencialmente útil tanto como tratamiento para infecciones existentes como para prevenir nuevas infecciones. La Dra. Sabini señala que las implicaciones de este descubrimiento son amplias, sugiriendo que el extracto podría ser utilizado en diversas aplicaciones, desde tratamientos para pacientes infectados hasta profilaxia general. Los investigadores están ahora trabajando en establecer colaboraciones con el sector industrial para avanzar en la producción de aplicaciones prácticas de este extracto. Elio Soria, coautor del estudio, destaca la ventaja de trabajar con productos naturales en el contexto de la fitomedicina. “A menudo, la mezcla de diferentes moléculas que conforman el extracto es más activa que los compuestos individuales. Esta estrategia también es más económica, lo cual es esencial en países de bajos recursos”, afirma. Sin embargo, antes de que el extracto sea utilizable en humanos, los científicos deben realizar pruebas que optimicen su absorción y biodisponibilidad. En este sentido, están colaborando con expertos en nanotecnología para desarrollar sistemas de entrega que aseguren que los compuestos activos lleguen a las zonas de interés dentro del organismo. Esta investigación no solo persigue un enfoque terapéutico, sino que también considera el impacto ambiental de sus métodos de extracción y formulación. Un aspecto significativo del estudio es su enfoque en la sostenibilidad. La investigación busca aplicar métodos 'verdes' en la extracción y garantizar que todos los componentes sean accesibles y económicos, reduciendo así la dependencia de importaciones. La Dra. Sabini destaca que, a medida que avanzan, también están explorando cómo el extracto de maní puede actuar como un inmunomodulador, lo que podría mitigar la respuesta inflamatoria que acompaña a las infecciones por dengue, especialmente en casos de reinfección. Este trabajo científico abre una puerta hacia el desarrollo de tratamientos más accesibles y sostenibles para el dengue, un problema de salud pública que afecta a millones de personas en todo el mundo. A medida que los investigadores continúan su trabajo, el extracto de piel de maní podría convertirse en una herramienta clave en la lucha contra esta enfermedad viral, ofreciendo no solo una solución terapéutica, sino un modelo de prácticas sostenibles en el ámbito de la salud. La primera autora del estudio, Florencia Menis Candela, también merece reconocimiento por su contribución en esta investigación, que podría marcar un hito en la fitomedicina.