Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En un estudio revelador realizado por el Instituto Oncológico Dana-Farber, los investigadores han encontrado que la pérdida de peso involuntaria puede aumentar significativamente la posibilidad de un diagnóstico de cáncer en el año siguiente. Los hallazgos, publicados en el Journal of the American Medical Association el 23 de enero de 2024, subrayan la importancia de reconocer los cambios de peso inesperados como una posible preocupación de salud que justifica una visita a un profesional médico. El Dr. Brian Wolpin, quien dirige el centro de cáncer gastrointestinal en Dana-Farber, enfatizó la necesidad de consultar a un médico cuando se experimenta una pérdida de peso inexplicada. Señaló: "Si estás perdiendo peso y no estás tratando de perder peso mediante cambios en tu rutina de ejercicio o dieta, las personas deberían ver a su médico para considerar posibles causas". Varias condiciones médicas pueden llevar a una pérdida de peso no intencionada, y un diagnóstico temprano puede ser crucial para un tratamiento efectivo. El estudio involucró a una cohorte sustancial de 157,474 participantes de dos grandes estudios longitudinales: el Estudio de Salud de las Enfermeras y el Estudio de Seguimiento de Profesionales de la Salud. Con datos recopilados a lo largo de varias décadas, los investigadores evaluaron la relación entre los cambios de peso y el riesgo de cáncer en varios tipos. Notablemente, el análisis reveló que la reciente pérdida de peso estaba vinculada a un mayor riesgo de varios cánceres, incluidos aquellos que afectan el tracto gastrointestinal superior, cánceres hematológicos, cáncer colorrectal y cáncer de pulmón. Sin embargo, el estudio no encontró una asociación similar para otros cánceres, como el de mama o el cerebral. La Dra. Qiaoli Wang, primera autora del manuscrito, destacó la distinción entre la pérdida de peso saludable y la no saludable. Si bien la pérdida de peso puede ser el resultado de cambios positivos en el estilo de vida, como una mejor dieta o un aumento en el ejercicio, la pérdida de peso inesperada puede señalar problemas de salud subyacentes, incluido el cáncer. "La pérdida de peso saludable puede provenir de cambios dietéticos o de un aumento en el ejercicio. Pero la pérdida de peso no saludable que ocurre inesperadamente puede deberse a un cáncer subyacente", explicó. Curiosamente, el estudio reveló que los pacientes con cáncer en etapas tempranas y avanzadas experimentan niveles similares de pérdida de peso antes del diagnóstico. Este hallazgo es significativo ya que sugiere que la pérdida de peso involuntaria podría servir como una señal de advertencia temprana de cáncer, lo que podría conducir a diagnósticos más tempranos y opciones de tratamiento más efectivas. A pesar de la evidencia convincente presentada en el estudio, los investigadores advierten que la demografía de los participantes—principalmente profesionales de la salud—puede no representar completamente a la población más amplia de EE. UU. Esto plantea preguntas sobre la generalización de los hallazgos y resalta la necesidad de más investigaciones en poblaciones más diversas. Las implicaciones de este estudio son claras: la pérdida de peso inesperada no debe ser desestimada como un problema menor. Se alienta a las personas que experimentan tales cambios, especialmente sin ninguna modificación intencionada en la dieta o el estilo de vida, a buscar asesoramiento médico. La detección temprana del cáncer es vital, y entender las señales que nuestro cuerpo envía puede ser el primer paso hacia mejores resultados de salud. Como concluyó el Dr. Wolpin, "Tu médico puede determinar si hay algo que necesita evaluación", reforzando la necesidad de vigilancia y medidas proactivas en el cuidado de la salud.