La administración Biden prohíbe el controvertido colorante rojo número 3 en medio de preocupaciones sobre la salud pública.

La administración Biden prohíbe el controvertido colorante rojo número 3 en medio de preocupaciones sobre la salud pública.

La administración Biden ha prohibido el Colorante Rojo No. 3, relacionado con el cáncer, y está promoviendo productos alimentarios más seguros para 2027 en medio de preocupaciones de salud pública.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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En un movimiento significativo para la salud pública, la administración Biden ha anunciado una prohibición del Colorante Rojo No. 3, un controvertido colorante alimentario sintético vinculado al cáncer en animales de laboratorio. Esta decisión, finalizada y publicada en el Registro Federal por el Departamento de Salud y Servicios Humanos, llega tras décadas de crecientes preocupaciones por parte de científicos y defensores. El Colorante Rojo No. 3, utilizado actualmente en casi 3,000 productos alimenticios en los Estados Unidos, ha sido criticado durante mucho tiempo por sus posibles riesgos para la salud. La petición que impulsó esta prohibición fue presentada a finales de 2022 por el Centro para la Ciencia en el Interés Público (CSPI) y varios otros grupos de defensa, llamando la atención sobre la "Cláusula Delaney". Esta disposición de la ley estadounidense exige la prohibición de cualquier aditivo de color que se haya demostrado que es carcinogénico en humanos o animales. A pesar del reconocimiento por parte de la FDA en la década de 1990 de un vínculo entre el Rojo 3 y el cáncer de tiroides en ratas machos, el colorante siguió siendo un elemento básico en muchos productos alimenticios, principalmente debido a la resistencia de la industria alimentaria, que dependía en gran medida del vibrante tono que este aporta. Con una amplia gama de aplicaciones que incluyen caramelos, bocadillos, productos de fruta e incluso algunos medicamentos, la prevalencia del Rojo 3 en el suministro alimentario lo ha colocado en el centro de los debates en curso sobre la seguridad alimentaria. Los fabricantes tendrán hasta enero de 2027 para eliminar el colorante de sus productos alimenticios, con un plazo ligeramente extendido para los medicamentos ingeridos establecido para 2028. Si bien la decisión de la FDA se basó principalmente en riesgos de cáncer, otros estudios han planteado preguntas sobre los posibles efectos neuroconductuales en los niños, particularmente en relación con condiciones como el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). La investigación indica que los colorantes alimentarios sintéticos pueden estar vinculados a resultados cognitivos y conductuales adversos, destacando la necesidad de una regulación integral de los aditivos alimentarios. Estados Unidos ha quedado rezagado respecto a otros países en la regulación del Rojo 3, siendo la Unión Europea la que impuso una prohibición del colorante en 1994, seguida de acciones similares en Japón, China, el Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda. El CSPI ha descrito la reciente decisión de la FDA como "muy tardía", enfatizando que tales aditivos no aportan ningún beneficio nutricional y existen únicamente para mejorar el atractivo visual de los productos. A medida que la conversación sobre la seguridad alimentaria y los aditivos continúa ganando impulso, los defensores están instando a la próxima administración del presidente electo Donald Trump a aprovechar este momento. Han surgido llamados a establecer límites más estrictos sobre otras sustancias dañinas, como los metales pesados en los alimentos para niños, reflejando una creciente preocupación entre el público y los legisladores sobre lo que entra en el suministro alimentario de la nación. Con esta decisión regulatoria crucial, la administración Biden ha dado un paso hacia la garantía de productos alimenticios más seguros para los consumidores, pero el camino por delante requerirá una vigilancia y defensa continuas para lograr más reformas.

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