Kentucky enfrenta una crisis de salud materna en medio del cierre de hospitales y desafíos de acceso.

En Kentucky, ha surgido una tendencia preocupante en la salud materna, acentuada por el alarmante cierre de hospitales rurales y el acceso limitado a la atención obstétrica. Un informe de March of Dimes para 2024 revela que la tasa de mortalidad materna en Kentucky se sitúa en alarmantes 38.4 muertes por cada 100,000 nacimientos vivos, superando significativamente el promedio nacional de 23.5. La situación es aún más grave para las madres de color, con un asombroso 88 por ciento de las muertes maternas consideradas prevenibles, según un informe de 2023 del Gabinete de Salud y Servicios Familiares del estado. El problema principal no es solo las restrictivas políticas de salud reproductiva del estado, sino una crítica falta de recursos e instalaciones capaces de manejar las complicaciones del embarazo. El Sheps Center for Health Services Research proporciona una estadística preocupante: entre 2005 y 2021, 181 hospitales rurales cerraron en todo Estados Unidos. A partir de 2023, WKMS News informó que más de un tercio de los hospitales de Kentucky estaban al borde del cierre, a pesar de la intervención del gobernador Andy Beshear, quien recientemente firmó un financiamiento destinado a mantener operativos estos centros de salud esenciales. Sin embargo, incluso con este apoyo financiero, los desafíos siguen siendo evidentes. Las estimaciones nacionales indican que 13 de los 71 hospitales rurales de Kentucky todavía están en riesgo de cerrar, con seis enfrentando un cierre inminente. Las repercusiones de estos cierres resuenan profundamente en las áreas rurales, donde el acceso a la atención ya es limitado, obligando a muchas madres expectantes a viajar más de una hora para ver a un obstetra. En respuesta a la crisis, Laken Meade, la directora de enfermería de Big Sandy Health Care, ha propuesto una unidad móvil de OB-GYN diseñada para mejorar el acceso a la atención prenatal. Un avance significativo se produjo cuando aseguraron una subvención de $2 millones por dos años de la Administración de Recursos y Servicios de Salud (HRSA) para implementar esta iniciativa. Sin embargo, las amenazas inminentes a los gastos federales podrían poner en peligro este financiamiento, ya que la administración actual ha insinuado recortes presupuestarios que podrían afectar los servicios de salud materna. La situación subraya la urgente necesidad de soluciones innovadoras, ya que muchos pacientes del este de Kentucky enfrentan una escasez de atención obstétrica que agrava el ya desafiante panorama de la salud materna. Para aquellos que carecen de transporte o viven en áreas con caminos mal mantenidos, llegar a las instalaciones de atención médica es a menudo un obstáculo insuperable. Para combatir esto, Big Sandy Health Care ha tomado medidas creativas, utilizando su vehículo recreativo para atender a los pacientes directamente en sus comunidades, incluso estacionándose en departamentos de salud locales cuando es necesario. Esta unidad móvil no solo facilita las visitas prenatales rutinarias, sino que también ofrece una variedad de servicios que incluyen ultrasonidos 4D, pruebas fetales, servicios de laboratorio, atención postnatal y más. El objetivo es claro: proporcionar atención integral que pueda detectar problemas potenciales temprano, reduciendo la probabilidad de crisis durante el embarazo y el parto. La Dra. Lesley Dotson, directora médica de Big Sandy, enfatiza la importancia de la atención prenatal accesible: “Sabemos que las mujeres que tienen acceso a una atención prenatal temprana y constante, las madres lo hacen mejor, y los bebés lo hacen mejor.” Este enfoque proactivo tiene como objetivo asegurar que las madres expectantes reciban el apoyo y los recursos necesarios para navegar sus embarazos de manera segura. A medida que Kentucky enfrenta estos desafíos entrelazados de cierres de hospitales y salud materna, la llamada a una inversión sostenida y soluciones de atención médica innovadoras se vuelve más urgente que nunca. La salud y la vida de las madres y sus recién nacidos están en juego, instando a los responsables de políticas y a la comunidad a priorizar los servicios de salud materna y asegurar que cada mujer tenga acceso a la atención que merece.