Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Investigaciones recientes han arrojado luz sobre el profundo impacto de la musicoterapia en individuos que sufren de demencia avanzada, proporcionando evidencia convincente de que puede aliviar significativamente la agitación, la ansiedad y el malestar. Publicado en la revista Nature Mental Health, este estudio ofrece un rayo de esperanza para aproximadamente un millón de personas en el Reino Unido que viven con demencia, particularmente para más de la mitad que se encuentra en etapas avanzadas. A medida que la demencia progresa, a menudo se manifiesta en comportamientos desafiantes como la agresión, la inquietud y la resistencia a la atención, complicando la vida no solo de los pacientes, sino también de sus familias y cuidadores profesionales. Sin embargo, los últimos hallazgos sugieren que la musicoterapia puede ser una herramienta valiosa para mejorar la calidad de vida de estas personas. Naomi Thompson, investigadora de la Universidad Anglia Ruskin que lideró el estudio, enfatiza que la musicoterapia es una intervención sencilla y rentable que puede fomentar la calma, mejorar el estado de ánimo y facilitar interacciones más significativas, incluso en las etapas más avanzadas de la demencia. La investigación revela que la musicoterapia es más efectiva cuando es personalizada, alineándose con la historia, las preferencias y las necesidades emocionales del individuo. A través de la escucha de canciones familiares, la interpretación de instrumentos o el canto, los participantes experimentaron beneficios inmediatos como la mejora de la atención, el estado de ánimo, la alerta y la participación. Importante es que se encontró que estas sesiones reducen significativamente la ansiedad y la agitación, ayudando a las personas a sentirse más seguras y orientadas. Uno de los hallazgos clave del estudio es el impacto dual de la música en el cerebro. La música involucra tanto redes cognitivas como sensoriales, permitiendo a las personas acceder a recuerdos y emociones preservadas, incluso cuando la demencia erosiona otras facultades. Esta capacidad de evocar recuerdos, especialmente de años formativos, restaura un sentido de identidad y puede brindar consuelo en medio de los desafíos emocionales de la demencia avanzada. La singular capacidad de la música para trascender las barreras del lenguaje aumenta su potencial terapéutico. Las personas con demencia severa, que pueden tener dificultades con la comunicación verbal, aún pueden responder a estímulos melódicos y rítmicos. Tales interacciones pueden fortalecer los lazos entre pacientes y cuidadores, fomentando una dinámica de atención más empática en lugar de una centrada únicamente en la gestión de comportamientos difíciles. Para facilitar la adopción más amplia de la musicoterapia en el cuidado de la demencia, el estudio aboga por programas de capacitación para el personal de atención, permitiéndoles integrar efectivamente la música en las rutinas diarias. Además, se alienta a las familias a compartir las preferencias musicales de sus seres queridos, ayudando en la creación de listas de reproducción personalizadas que maximicen los efectos terapéuticos. La investigación involucró un enfoque integral, incluyendo aportes de profesionales de la salud, musicoterapeutas y entrevistas con el personal de las unidades de demencia. El coautor Ben Underwood de la Universidad de Cambridge enfatiza la necesidad de estrategias innovadoras para apoyar a las personas con demencia avanzada, señalando la emoción que rodea la incorporación de la musicoterapia en la atención de la demencia del NHS. Si bien el enfoque principal es mejorar la vida de quienes padecen demencia, los beneficios también se extienden a las familias y cuidadores. Interactuar con la música no solo reduce el estrés del cuidador, sino que también fomenta momentos compartidos de disfrute, contribuyendo a una mayor satisfacción laboral y a un entorno de cuidado más positivo. A medida que el número de personas que viven con demencia continúa en aumento, la importancia de intervenciones rentables como la musicoterapia se vuelve cada vez más pronunciada. Este estudio no solo valida el potencial terapéutico de la música, sino que también esboza una estrategia pragmática para integrar la musicoterapia en las prácticas estándar de atención a la demencia. En resumen, la música no es simplemente una herramienta para calmar, sino un medio vital de conexión, recuerdo y vivir en el momento. Al integrar la música en el tejido del cuidado de la demencia, podemos ayudar a las personas a redescubrir partes de sí mismas oscurecidas por la enfermedad, permitiendo momentos de tranquilidad, comprensión y conexión humana que son esenciales para mejorar su bienestar general.