Juan Brignardello Vela
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La representante Nancy Pelosi, ex presidenta de la Cámara de Representantes, se sometió a una exitosa cirugía de reemplazo de cadera el sábado después de una caída durante un viaje oficial a Luxemburgo. El incidente ocurrió mientras asistía a una ceremonia conmemorativa del 80 aniversario de la Batalla de las Ardenas, una batalla significativa en la Segunda Guerra Mundial. Según su oficina, Pelosi cayó mientras descendía escaleras de mármol en el Palacio Gran Ducal. Informes de personas familiarizadas con la situación indicaron que sufrió una fractura de cadera a causa de la caída. Inicialmente, hubo preguntas sobre si recibiría tratamiento en Europa o regresaría a Estados Unidos. Finalmente, se le realizó la cirugía en el Centro Médico Regional de Landstuhl, una instalación militar de Estados Unidos ubicada en Alemania. En un comunicado emitido por su portavoz, Ian Krager, Pelosi expresó su agradecimiento por la atención que recibió. "La presidenta Pelosi está agradecida al personal militar estadounidense del Centro Médico Regional de Landstuhl y al personal médico del Hospital Kirchberg en Luxemburgo por su excelente atención y amabilidad", declaró Krager. A medida que circulaban preocupaciones por su salud, muchos expresaron su apoyo y buenos deseos para la veterana legisladora. Krager señaló que Pelosi se ha sentido conmovida por la abrumadora cantidad de oraciones y apoyo durante su recuperación. El portavoz no proporcionó un cronograma para su regreso a Estados Unidos, pero enfatizó el compromiso de Pelosi de abogar por el acceso a atención médica de calidad para todos los estadounidenses. A pesar de este contratiempo, la resiliencia y dedicación de Pelosi hacia sus electores siguen siendo evidentes. El incidente sirve como recordatorio del costo físico que puede tener el servicio público, incluso para políticos experimentados. Mientras se recupera, muchos observan de cerca cómo esto afectará su trabajo continuo en el Congreso y su papel en futuras iniciativas demócratas.