Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
A medida que la nación se prepara para un cambio significativo en la política de inmigración con el regreso de Donald J. Trump a la presidencia, las protecciones críticas de salud para los niños migrantes bajo custodia están a punto de expirar. Esta situación es particularmente alarmante dado que el marco para salvaguardar la salud de los menores, establecido por un acuerdo legal de 2022, está al borde de la disolución, justo nueve días después del inicio de la nueva administración. El acuerdo surgió en respuesta a una serie de incidentes trágicos en los que menores murieron mientras estaban detenidos, lo que puso de relieve la urgente necesidad de reforma dentro de las instalaciones de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP). El acuerdo exigía protocolos estrictos para el tratamiento de los niños, requiriendo acceso a atención médica de emergencia, artículos básicos de higiene y restricciones sobre la separación prolongada de los padres. Central a estas mejoras fue la designación de un pediatra independiente encargado de supervisar las condiciones dentro de las instalaciones en los sectores del Valle del Río Grande y El Paso. A pesar de los avances logrados bajo esta supervisión, los pediatras involucrados en el proceso de monitoreo expresan profundas preocupaciones sobre el futuro de estos niños vulnerables una vez que el acuerdo y el rol del monitor pediátrico lleguen a su fin. La Dra. Marsha Griffin, pediatra que ha trabajado de cerca con estos menores, articuló la gravedad de la situación, afirmando: “Esto no es un cambio burocrático — esto debería ser la preocupación de todos”. Ella enfatizó que el enfoque actual centrado en la aplicación de la ley no está equipado para manejar las complejas necesidades de los niños en un entorno de detención. Un portavoz de CBP afirmó que la agencia ha logrado avances significativos en los últimos dos años para mejorar el apoyo a quienes están bajo custodia, especialmente a los niños. Sin embargo, la realidad dentro de los centros de detención a menudo contradice estas afirmaciones. Los informes indican problemas continuos como ropa inadecuada, comidas inapropiadas para niños pequeños y separaciones parentales persistentes que pueden llevar a un profundo trauma emocional. El rol del monitor pediátrico ha sido crucial para identificar y abordar deficiencias dentro del sistema de detención. El Dr. Paul Wise, quien sirvió como monitor de cuidado juvenil, señaló que aunque se lograron algunas mejoras, mantener estos cambios sigue siendo un desafío formidable. Expresó temores de que sin el monitor, las condiciones podrían retroceder, poniendo a los niños en un riesgo aún mayor. La expiración del acuerdo plantea el espectro de un regreso a las debilidades sistémicas que han plagado el sistema de aprehensión fronteriza, que fue diseñado originalmente para hombres adultos. Observadores, incluidos Mishan Wroe del Centro Nacional para la Ley de la Juventud, advierten que la ausencia de monitoreo podría agravar los problemas existentes, lo que podría llevar a condiciones deterioradas para los menores. Cabe destacar que el monitor pediátrico tenía acceso a las instalaciones y la autoridad para informar sobre una variedad de problemas, desde el hacinamiento hasta la adecuación de la atención médica y el bienestar emocional. Un incidente sorprendente involucró la muerte de una niña de ocho años, que subrayó las graves consecuencias de un apoyo médico inadecuado. Las investigaciones revelaron importantes deficiencias en la atención, lo que llevó a reformas críticas que se han implementado desde entonces. A pesar de las mejoras, los pediatras coinciden en que lo que se necesita urgentemente es un sistema integral que priorice el bienestar de los niños en detención, un sistema que trascienda las administraciones políticas. Sin embargo, tal como están las cosas, la inminente ausencia de supervisión genera temores entre los profesionales de la salud de que las salvaguardias podrían desaparecer, dejando a los niños vulnerables expuestos a un sistema negligente y punitivo. El Dr. Jeffrey L. Goldhagen, presidente de la Sociedad Internacional de Pediatría Social y Salud Infantil, emitió una advertencia contundente, afirmando: “Si el rol de monitoreo desaparece, todo se descontrola”. El destino de estos niños pende de un hilo mientras la nueva administración se prepara para sus políticas, y muchos esperan que las protecciones adecuadas no sean sacrificadas en el proceso.