Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
A medida que aumentan las preocupaciones sobre el virus de la influenza aviar H5N1, un nuevo estudio arroja luz sobre un vector potencial inesperado: los gatos domésticos. Publicada el lunes, la investigación indica que estas queridas mascotas podrían desempeñar un papel en la evolución del virus, lo que ha generado alarmas entre los funcionarios de salud pública. La cepa H5N1, conocida por su alta tasa de mortalidad, particularmente entre los felinos—reportadamente alrededor del 67 por ciento—ha estado circulando desde que comenzó a infectar ganado lechero. Aunque representa principalmente una amenaza para las aves y algunos mamíferos, incluidos los gatos, el virus también ha enfermado a al menos 60 personas, la mayoría de las cuales tuvieron contacto cercano con ganado infectado. Los expertos enfatizan que, hasta ahora, no hay evidencia directa que vincule a los gatos con infecciones en humanos. Sin embargo, la posibilidad de que un gato esté infectado simultáneamente con H5N1 y un virus de la gripe estacional podría crear un escenario en el que el virus H5N1 adquiera mutaciones que le permitan propagarse de manera más eficiente entre los humanos. El Dr. Suresh Kuchipudi, microbiólogo veterinario de la Universidad de Pittsburgh y uno de los autores del estudio, hace un llamado a mejorar la vigilancia de los gatos para detectar la gripe aviar, especialmente dado su extenso contacto con la vida silvestre y los humanos. Los hallazgos del estudio subrayan una posible omisión en los esfuerzos de monitoreo, ya que el Departamento de Agricultura de EE. UU. (USDA) se ha centrado en el ganado y la vigilancia humana sin abordar la salud de los animales de compañía. Un caso que despertó el interés de los investigadores involucró a diez gatos en Dakota del Sur que mostraron síntomas respiratorios y neurológicos antes de sucumbir al virus. El virus aislado de estos gatos coincidía estrechamente con cepas encontradas en vacas de una granja lechera cercana, lo que sugiere que las mascotas pueden haber contraído el virus al consumir aves silvestres infectadas. La importancia de este descubrimiento se destaca por la relevancia anatómica de los gatos en el panorama del virus de la gripe. A diferencia de los humanos, que son principalmente hospedadores de virus de la gripe estacional, los gatos poseen receptores tanto para la gripe aviar como para la gripe estacional, lo que los convierte en candidatos viables para albergar y potencialmente mezclar estos virus. Expertos como Richard Webby, especialista en influenza en el Hospital de Investigación Infantil St. Jude, expresan su preocupación por las implicaciones de tales recipientes de mezcla, señalando que, aunque los gatos domésticos pueden no exhibir un comportamiento de manada que facilite la transmisión rápida, el riesgo de infección cruzada sigue siendo significativo a medida que se acerca la temporada de gripe. Agravando el problema está el hecho de que H5N1 ha mostrado una preocupante adaptabilidad, infectando una amplia gama de especies, incluidas más de 90 especies de aves y más de 20 tipos de mamíferos. Esta adaptabilidad plantea preguntas sobre el potencial del virus para adquirir mutaciones que podrían mejorar su transmisibilidad. Si bien la amenaza inmediata para la salud humana sigue siendo limitada, la alta tasa de mortalidad para los gatos infectados y la naturaleza evolutiva del virus no pueden pasarse por alto. Kristen Coleman, investigadora de enfermedades infecciosas en la Universidad de Maryland, enfatiza que "los gatos también son víctimas", ya que caen presa de un virus cada vez más agresivo que representa una amenaza real para su salud. A medida que el USDA comienza a probar el suministro nacional de leche para identificar rebaños afectados, el llamado a un enfoque más integral para monitorear a los animales de compañía se vuelve más fuerte. Los expertos instan a los funcionarios de salud pública a considerar las implicaciones de la salud animal en la salud humana, abogando por medidas proactivas para prevenir cualquier posible evento de derrame. La intersección de la salud animal y la seguridad pública subraya la necesidad de vigilancia mientras navegamos por las complejidades de las enfermedades zoonóticas en un panorama en constante evolución.