Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
El Reino Unido ha anunciado una prohibición indefinida sobre el uso de bloqueadores de la pubertad para individuos menores de 18 años que experimentan disforia de género, con excepciones solo para ensayos clínicos. Esta decisión, articulada por el Secretario de Salud Wes Streeting, solidifica las restricciones temporales previamente impuestas a principios de este año debido a las preocupaciones de seguridad planteadas por expertos médicos sobre la administración de estos medicamentos sin una investigación exhaustiva sobre sus efectos a largo plazo. Streeting enfatizó la necesidad de tener precaución al abordar las necesidades de los jóvenes vulnerables, reconociendo la complejidad de los problemas en cuestión. "Debemos actuar con cautela y cuidado cuando se trata de este grupo vulnerable de jóvenes, y seguir el consejo de los expertos", afirmó, anunciando planes para un ensayo clínico que comenzará el próximo año, destinado a crear una base de evidencia sólida sobre la eficacia y seguridad de los bloqueadores de la pubertad. El Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS) ya había detenido la prescripción rutinaria de bloqueadores de la pubertad a menores tras una revisión significativa liderada por la pediatra Hilary Cass. Su informe, publicado en abril, levantó alarmas sobre los "cimientos inestables" sobre los cuales descansa la medicina de género, particularmente en lo que respecta al tratamiento de jóvenes con disforia de género. Esta revisión concluyó que no hay suficiente evidencia para respaldar el uso generalizado de bloqueadores de la pubertad en el tratamiento de esta población. Las restricciones se impusieron inicialmente en mayo y fueron consolidadas por un fallo del Tribunal Superior de Gran Bretaña en julio, que consideró la prohibición temporal como legal. El anuncio actual indica que la prohibición ahora es indefinida, con una revisión planificada para 2027. Notablemente, se permitirá que aquellos que tenían recetas válidas antes de una fecha específica continúen con sus tratamientos. La Dra. Cass expresó su apoyo a la decisión del gobierno, destacando los riesgos asociados con los bloqueadores de la pubertad. "Los bloqueadores de la pubertad son medicamentos potentes con beneficios no probados y riesgos significativos", afirmó, abogando por su prescripción solo después de evaluaciones exhaustivas y dentro de un contexto de investigación estructurado. Sin embargo, la prohibición ha recibido críticas de diversas partes, incluido un informe reciente del Consejo de Europa, que planteó preocupaciones éticas sobre la limitación del acceso a tratamientos solo a aquellos dispuestos a participar en ensayos clínicos. El informe cuestionó la voluntariedad del consentimiento en tales casos, sugiriendo que los jóvenes podrían sentirse obligados a inscribirse en ensayos únicamente para recibir la atención médica necesaria. En el Parlamento, Streeting reconoció los desafíos que enfrentan los jóvenes trans, citando que más de 6,200 niños y jóvenes están actualmente en listas de espera para servicios de género. Expresó empatía por las dificultades que enfrenta esta comunidad, aludiendo a sus propias experiencias como hombre gay y a las presiones sociales que vienen con la navegación de la identidad propia. La reacción al anuncio ha sido mixta. El principal partido de oposición, los Conservadores, acogió la decisión, mientras que la legisladora del Partido Verde, Sian Berry, la calificó de "decisión preocupante". Berry criticó la prohibición, señalando que los bloqueadores de la pubertad se administran de manera segura a jóvenes con condiciones como la pubertad precoz, sugiriendo que la decisión podría reflejar prácticas discriminatorias contra jóvenes trans que buscan atención. Mientras el Reino Unido lidia con este tema controvertido, las implicaciones de la prohibición resuenan en los ámbitos médico, social y ético, con defensores de ambos lados expresando apasionadamente sus preocupaciones sobre el futuro de la atención médica para transgéneros menores.