Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
A medida que el cambio climático continúa escalando, los impactos de las temperaturas en aumento sobre la salud pública se están volviendo cada vez más alarmantes, particularmente para las poblaciones más jóvenes. Un estudio reciente publicado en la revista Science Advances arroja luz sobre la preocupante tendencia de las muertes relacionadas con el calor entre los adultos jóvenes en México, revelando que una asombrosa tres cuartas partes de tales fatalidades ocurrieron en individuos menores de 35 años. Esta investigación desafía la noción predominante de que solo los ancianos están en riesgo significativo durante las olas de calor. El análisis, que abarcó desde 1998 hasta 2019, fue liderado por Andrew Wilson, un científico social ambiental de la Universidad de Stanford. Utilizó un enfoque estadístico para examinar las tasas de mortalidad diarias en México, correlacionándolas con las fluctuaciones en la temperatura de "bulbo húmedo", una medida que tiene en cuenta tanto la humedad como la temperatura del aire, proporcionando así una imagen más clara de cuán efectivamente los humanos pueden enfriarse mediante la sudoración. Aunque se ha sabido durante mucho tiempo que los adultos mayores son vulnerables al calor extremo, los hallazgos del estudio destacaron una realidad preocupante: los adultos jóvenes, junto con los niños muy pequeños, también están experimentando consecuencias mortales por la exposición al calor, incluso a temperaturas moderadas. La mayoría de las muertes relacionadas con el calor entre esta demografía más joven ocurrieron a temperaturas de bulbo húmedo alrededor de 75 grados Fahrenheit, que equivale a aproximadamente 88 grados Fahrenheit a un 50 por ciento de humedad. Esto es particularmente inquietante considerando que se espera que el cambio climático aumente la frecuencia de días moderadamente calurosos, lo que podría llevar a un aumento proyectado del 32 por ciento en las muertes relacionadas con el calor entre niños y adultos jóvenes para finales de siglo. El estudio no profundizó en los mecanismos precisos detrás de estas muertes, pero sugirió varias explicaciones posibles. Los niños pequeños, particularmente aquellos menores de cuatro años, son menos capaces de regular su temperatura corporal y carecen de la comprensión para mitigar su exposición al calor. Por otro lado, los adultos de 18 a 34 años a menudo participan en actividades físicamente exigentes, como deportes o trabajos intensivos en mano de obra, que los exponen al estrés térmico. Esta demografía también es más propensa a que se incluyan condiciones climáticas extremas como causa de muerte en sus certificados de defunción. La investigación también indicó que los factores socioeconómicos juegan un papel crucial en la determinación de la vulnerabilidad al calor. Muchos adultos jóvenes en México trabajan en condiciones que no priorizan necesariamente la seguridad frente al calor, lo que subraya la necesidad de regulaciones de seguridad ocupacional más estrictas. Expertos como Drew Shindell, un científico del clima de la Universidad de Duke, argumentan que implementar tales regulaciones podría reducir significativamente las muertes relacionadas con el calor entre los trabajadores jóvenes. El reciente anuncio de la administración Biden sobre nuevas regulaciones que requieren a los empleadores desarrollar planes de seguridad frente al calor y garantizar el acceso a agua y áreas de descanso durante altas temperaturas es un paso en la dirección correcta, aunque su implementación sigue siendo crucial. Las implicaciones de este estudio se extienden más allá de México. Si bien países ricos como Estados Unidos pueden tener prácticas laborales diferentes y un aire acondicionado más generalizado, los hallazgos sirven como una advertencia para las naciones más pobres que enfrentan desafíos climáticos similares. Los investigadores están investigando si las tendencias observadas en México se manifestarán en otras regiones, incluyendo Estados Unidos y Brasil. A medida que las temperaturas continúan aumentando globalmente, la salud de las poblaciones más jóvenes merece atención urgente. El estudio sirve como un recordatorio fundamental de que el cambio climático no discrimina por edad; representa una amenaza significativa para todos, particularmente para aquellos que pueden estar menos preparados para enfrentar sus efectos. La llamada a la acción es clara: mejorar la seguridad en el lugar de trabajo y aumentar la conciencia sobre los riesgos relacionados con el calor puede ser fundamental para proteger a las poblaciones vulnerables mientras navegamos hacia un futuro cada vez más caluroso.