Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En un caso que ha capturado la atención y dividido la opinión de los neoyorquinos, los jurados en Manhattan están lidiando con las serias implicaciones de su decisión en el juicio de Daniel Penny. Penny, un exmarine de 26 años, enfrenta cargos por la muerte por asfixia de Jordan Neely, un exartista de 30 años que luchaba con problemas de salud mental. El incidente, que ocurrió en mayo de 2023 a bordo de un tren F, se ha convertido en un símbolo de los desafíos sociales más amplios que enfrenta la ciudad en el periodo posterior a la pandemia. Después de casi tres días de deliberaciones, el jurado, compuesto por siete mujeres y cinco hombres, comunicó su dificultad para llegar a un veredicto unánime al juez Maxwell T. Wiley. Su nota indicó que se encontraban en un punto muerto respecto al cargo de homicidio involuntario en segundo grado. Los jurados buscaron más orientación sobre sus próximos pasos, destacando las complejidades del caso que ha generado un amplio discurso sobre temas de salud mental, seguridad pública y defensa propia. La fiscalía argumenta que las acciones de Penny fueron excesivas, manteniendo a Neely en una llave de estrangulación durante aproximadamente seis minutos, lo que finalmente llevó a la muerte de este último. Neely, conocido por sus actuaciones previas como imitador de Michael Jackson, supuestamente estaba exhibiendo un comportamiento errático antes de la confrontación, un factor que ha alimentado los argumentos sobre los desafíos de abordar crisis de salud mental en espacios públicos. La defensa sostiene que las acciones de Penny fueron una respuesta a una situación que amenazaba su vida, posicionando la reacción del exmarine como un acto de defensa propia. A medida que la deliberación del jurado continúa estancada, surgen preguntas no solo sobre los detalles de los cargos, sino también sobre los marcos legales que rodean el uso de la fuerza en situaciones de defensa propia. La decisión del juez Wiley sobre si el jurado puede proceder a considerar el cargo alternativo de homicidio por negligencia criminal depende de la capacidad del jurado para alcanzar primero una decisión unánime sobre el homicidio involuntario. El abogado de Penny, Thomas A. Kenniff, argumentó que las instrucciones del jurado eran claras y que cualquier movimiento para considerar el segundo cargo debería depender de una conclusión respecto al primero. Mientras tanto, la asistente del fiscal de distrito, Dafna Yoran, expresó frustración, sugiriendo que llegar a un jurado colgado debido a incertidumbres procesales parecía irrazonable. Las discusiones legales en la sala del tribunal reflejan las conversaciones sociales más amplias que tienen lugar en toda la ciudad de Nueva York, donde las complejidades de la seguridad pública, las crisis de salud mental y las relaciones comunitarias están cada vez más bajo el microscopio. A medida que los jurados buscan claridad sobre sus responsabilidades, el resultado de este juicio podría sentar un precedente significativo sobre cómo se manejan casos similares en el futuro, particularmente en una ciudad que navega el delicado equilibrio entre la seguridad y la compasión en sus espacios públicos. A medida que se reanudan las deliberaciones, las apuestas siguen siendo altas. La decisión del jurado no solo impactará el futuro de Daniel Penny, sino que también resonará en una ciudad que aún está tratando de lidiar con los muchos desafíos que han surgido tras la pandemia. En un caso que ha polarizado la opinión pública, se anticipa que el veredicto eventual del jurado desencadene debates continuos sobre la justicia, la responsabilidad y las complejidades de la vida en un entorno urbano bullicioso.