La crisis del NHS se agrava a medida que los informes revelan desafíos sombríos y llaman a una reforma urgente.

El NHS enfrenta una crisis sin precedentes, ya que tres informes recientes de figuras clave destacan la magnitud de los desafíos que han plagado el servicio. Los hallazgos, presentados por Lord Darzi, la Confederación del NHS y varios jefes de hospitales, pintan un panorama sombrío de un sistema bajo una grave tensión. Con el reciente nombramiento de Wes Streeting como secretario de salud, la presión está sobre el Partido Laborista para responder de manera efectiva, especialmente mientras el partido busca transformar el NHS en medio de una población que envejece rápidamente y una demanda creciente. El informe de Lord Darzi, completado en solo nueve semanas, tiene como objetivo ofrecer "verdades duras" sobre el NHS, preparando el terreno para posibles reformas laboristas. Su análisis revela un servicio de salud que no solo está lidiando con problemas preexistentes, sino que también ha empeorado significativamente a causa de la pandemia de COVID-19. Antes de la crisis, las listas de espera para tratamiento ya eran preocupantes; ahora, han aumentado a casi 8 millones. Para agravar esto, un récord de 2.8 millones de personas están fuera de la fuerza laboral debido a enfermedades de larga duración, 900,000 más desde 2019. La población envejecida presenta quizás el problema más desafiante para el NHS. Con el número de individuos mayores de 65 años alcanzando los 11 millones, en comparación con 9.2 millones en 2011, la demanda de servicios de salud está en aumento. Un informe de la consultora Carnall Farrar advierte que si las tendencias actuales continúan, el NHS necesitará aumentar su carga de trabajo en un 50% para 2029. Incluso con una promesa del Partido Laborista de aumentar el número de citas en 40,000 semanalmente, los expertos argumentan que esto no será suficiente para aliviar las presiones que enfrenta el servicio. Matthew Taylor, director ejecutivo de la Confederación del NHS, enfatizó la necesidad de una reforma integral en lugar de simplemente aumentar la actividad. Aboga por un cambio hacia la atención preventiva y los servicios comunitarios, que podrían ayudar a gestionar la creciente demanda. Taylor también señaló que mejorar la productividad a través de tecnología moderna y actualizar las instalaciones debe ser una prioridad si el NHS quiere soportar las crecientes presiones del futuro. Sin embargo, las restricciones financieras son una gran preocupación para estas ambiciones. Una encuesta realizada por NHS Providers reveló que el 44% de los líderes hospitalarios sienten que carecen de los fondos necesarios para mantener sus servicios actuales. Algunos hospitales ya están considerando reducir personal o recortar servicios por completo. Sir Julian Hartley, CEO de NHS Providers, destacó las abrumadoras presiones financieras que enfrentan los líderes de los fideicomisos, lo que lleva a decisiones difíciles que podrían impactar la calidad de la atención. En medio de estos desafíos, los fideicomisos del NHS están tratando de incentivar al personal para que trabaje más horas, ofreciendo salarios premium por turnos de fin de semana y nocturnos. Además, hay un impulso por aprovechar herramientas digitales, como la Plataforma de Datos Federados, que tiene como objetivo agilizar el intercambio de información de los pacientes. Sin embargo, Hartley advirtió que estas medidas solo pueden llegar hasta cierto punto sin una inversión sustancial en infraestructura y tecnología. Mientras Rachel Reeves y el líder laborista Keir Starmer deliberan sobre los hallazgos del informe de Darzi, hay un llamado urgente a la acción. El futuro del NHS podría depender de su disposición para asegurar la financiación necesaria para apoyar cambios transformadores. Las apuestas son altas, y el público estará observando de cerca para ver si el gobierno actual puede estar a la altura de la situación y abordar los numerosos problemas que han quedado al descubierto en estos informes.