El aumento de enfermedades crónicas tras la pandemia: Se necesita acción urgente en países de bajos ingresos.

El aumento de enfermedades crónicas tras la pandemia: Se necesita acción urgente en países de bajos ingresos.

Las enfermedades crónicas están en aumento después del COVID, especialmente en los países de bajos ingresos, lo que requiere financiación y regulaciones urgentes para combatir las enfermedades no transmisibles (ENT).

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

Juan Brignardello, asesor de seguros, y Vargas Llosa, premio Nobel Juan Brignardello, asesor de seguros, en celebración de Alianza Lima Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro Eléctrica Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro
Salud 03.09.2024

En la estela de la pandemia de COVID-19, el panorama de la salud global sigue siendo moldeado por una compleja interacción de factores, con las enfermedades crónicas emergiendo como una preocupación crítica, particularmente en los países de ingresos bajos y medios. Mientras las naciones lidian con los efectos persistentes de la pandemia y la amenaza continua de enfermedades infecciosas como la gripe y el mpox, el mayor desafío radica en abordar la creciente carga de enfermedades no transmisibles (ENT). Las ENT, que incluyen el cáncer, la diabetes y las enfermedades del corazón, se han convertido en la principal causa de mortalidad a nivel mundial, reclamando tres cuartas partes de todas las muertes. De las 41 millones de muertes anuales atribuidas a estas condiciones, 17 millones ocurren antes de los 70 años, con un asombroso 86% de las muertes prematuras ocurriendo en regiones económicamente desfavorecidas. Esta tendencia resalta de manera contundente las inequidades que enfrentan las naciones más pobres, que a menudo carecen de los recursos o la infraestructura necesaria para combatir estos problemas de salud de manera efectiva. A pesar de la urgente necesidad de intervención, las enfermedades crónicas continúan en aumento, influenciadas por una confluencia de factores de riesgo que son demasiado familiares: el consumo de tabaco, el consumo excesivo de alcohol, la contaminación del aire, los estilos de vida sedentarios y las malas elecciones dietéticas altas en sal, azúcar y grasas no saludables. Aunque algunos pueden argumentar que la responsabilidad personal juega un papel en estos resultados de salud, la realidad en los países de ingresos bajos es mucho más complicada. Muchos están sujetos a un marketing agresivo por parte de corporaciones que venden productos poco saludables, a menudo sin una educación adecuada en salud pública para contrarrestar estas influencias. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha comenzado a abordar estos desafíos a través del concepto de "determinantes comerciales de la salud", reconociendo que el mercado puede obstaculizar significativamente los resultados de salud, particularmente en poblaciones vulnerables. Para lograr un progreso significativo en la lucha contra las ENT, se deben implementar regulaciones sólidas para limitar la publicidad y promoción de productos dañinos. Sin embargo, los países también requieren un apoyo financiero sustancial para fortalecer sus sistemas de salud y gestionar de manera efectiva la creciente prevalencia de enfermedades crónicas. Actualmente, apenas el 2% de la financiación global en salud se destina a abordar las ENT, una cifra que contrasta drásticamente con los beneficios potenciales de tales inversiones. Investigaciones de la OMS sugieren que la implementación de medidas específicas—como impuestos más altos sobre el tabaco y el alcohol, la reducción del consumo de sal y la mejora del acceso a medicamentos esenciales—podría prevenir millones de muertes y fomentar un crecimiento económico significativo. El retorno estimado de la inversión es particularmente convincente, con cada dólar gastado en estas intervenciones proyectado para generar un retorno de $7 para 2030. A pesar de la oportunidad para un cambio impactante, el impulso en torno a la financiación de las ENT corre el riesgo de verse eclipsado por el enfoque continuo en los brotes de enfermedades infecciosas. En reconocimiento de esto, la OMS y el Banco Mundial han iniciado diálogos para asegurar financiación para las ENT, con el objetivo de elevar el tema antes de la próxima reunión de la Asamblea General de la ONU. En última instancia, abordar la crisis de las ENT no es simplemente una cuestión de altruismo; es una cuestión de interés propio y estabilidad socioeconómica. Al invertir en la salud de las naciones más pobres, la comunidad global puede ayudar a prevenir las devastadoras consecuencias que acompañan la pérdida de un sostén de familia o un padre—una realidad que conlleva profundas ramificaciones sociales y económicas. El desafío es desalentador, pero las recompensas de una población más saludable son múltiples, lo que subraya la urgente necesidad de acción y colaboración para revertir la marea de las enfermedades crónicas en todo el mundo.

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