Aumento del Ahogamiento Sexual entre los Jóvenes Desata Conversaciones Urgentes sobre Consentimiento y Seguridad

Aumento del Ahogamiento Sexual entre los Jóvenes Desata Conversaciones Urgentes sobre Consentimiento y Seguridad

Un estudio revela que más de la mitad de los jóvenes australianos han participado en prácticas de asfixia durante el sexo, lo que genera preocupaciones sobre el consentimiento, la seguridad y las influencias culturales.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Salud 01.09.2024

El reciente aumento en los informes sobre asfixia sexual entre los jóvenes ha encendido discusiones sobre el panorama en evolución de las relaciones íntimas y las prácticas sexuales. Un estudio realizado por investigadores de las universidades de Melbourne y Queensland revela una tendencia alarmante: más de la mitad de los 4,700 jóvenes australianos encuestados informaron haber participado en actos de asfixia o haber sido asfixiados por una pareja. Este fenómeno plantea serias preguntas sobre el consentimiento, el riesgo y las influencias culturales que moldean los comportamientos sexuales entre la población menor de 35 años. La asfixia durante el sexo, a menudo enmarcada dentro del contexto del "juego de respiración", tiene profundas raíces históricas, visibles en la literatura y las prácticas BDSM que datan de siglos atrás. Sin embargo, su nueva aceptación en la corriente principal entre las generaciones más jóvenes señala un cambio en la dinámica sexual. La principal vía para esta introducción parece ser la pornografía, con casi el 35% de los encuestados indicando que fue su primera exposición a la asfixia. La prevalencia de tales actos en las plataformas de redes sociales normaliza aún más estos comportamientos, contribuyendo a un entorno cultural donde la asfixia sexual es cada vez más vista como algo habitual. Mientras que algunas personas, como Anthony, ven la asfixia como un acto consensuado que mejora la intimidad y la excitación, los expertos advierten sobre los peligros inherentes. Los riesgos de la estrangulación sexual pueden ser graves, incluyendo la posibilidad de muerte, lesiones cerebrales a largo plazo y una serie de otros problemas de salud agudos. Notablemente, durante los episodios de asfixia, mantener un consentimiento claro y continuo se vuelve problemático, ya que el acto físico puede afectar la capacidad de comunicarse verbalmente. El consentimiento, un elemento crucial de cualquier encuentro íntimo, puede volverse confuso en situaciones que involucran asfixia. Como señala la profesora Heather Douglas, las dinámicas del consentimiento pueden cambiar cuando la autonomía corporal se ve comprometida durante los actos de asfixia. Esta complejidad se ilustra aún más con la angustiante experiencia de Alice con un compañero que malinterpretó su conversación inicial sobre la asfixia, lo que llevó a un encuentro no consensuado que la dejó marcada psicológica y físicamente. La intersección del erotismo y los factores de riesgo juega un papel en el atractivo de la asfixia para muchos participantes, quienes a menudo equiparan el acto con una mayor intimidad y confianza. James, un joven de 25 años en una relación a largo plazo, describe la asfixia como un medio para reforzar su vínculo, comparándola con un ejercicio de confianza. Por otro lado, investigadores como Maree Crabbe argumentan que estas prácticas surgen de un contexto sociocultural más amplio que informa las elecciones individuales en torno a la sexualidad. A medida que las discusiones sobre la asfixia sexual ganan terreno, los expertos en salud pública enfatizan la importancia de la educación y los diálogos abiertos sobre prácticas seguras. Organizaciones como It Left No Marks buscan proporcionar recursos que desmitifiquen la asfixia y resalten la necesidad de un consentimiento informado. De cara al futuro, es esencial un enfoque equilibrado que respete la autonomía de las personas mientras se aboga por la conciencia y la seguridad en las prácticas sexuales. En última instancia, a medida que la sociedad navega por las complejidades de la intimidad moderna, debe lidiar con la delgada línea entre la libertad personal y la imperativa necesidad de seguridad. La prevalencia de la asfixia como práctica sexual puede reflejar actitudes en evolución hacia la sexualidad, pero también subraya la necesidad de conversaciones continuas sobre el consentimiento, el riesgo y las implicaciones de las influencias culturales en el comportamiento sexual.

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