Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Nigeria ha recibido un impulso significativo en su lucha contra el mpox, con la llegada de 10,000 dosis de vacunas donadas por Estados Unidos. Esto ocurre en medio de una espera más amplia para otras naciones africanas, particularmente la República Democrática del Congo (RDC), que ha estado lidiando con un brote severo. Aunque Nigeria ha confirmado 40 casos este año, los funcionarios de salud estiman que el número real podría ser superior a 700, lo que subraya la urgencia de la situación. A pesar del aumento en el número de casos, Nigeria no ha reportado muertes por mpox, una enfermedad que, si no se trata, puede ser fatal. El país también ha tenido la suerte de no encontrarse con el Clado 1b, una nueva variante que ha surgido en la RDC y ha generado alarmas entre las autoridades de salud. En contraste, la RDC ha registrado más de 18,000 casos sospechosos de mpox este año, lo que ha resultado en 615 muertes desgarradoras. Actualmente, no hay vacunas específicas para el mpox; sin embargo, las vacunas existentes contra la viruela son efectivas contra el virus. Dos compañías farmacéuticas están fabricando estas vacunas contra la viruela, y Nigeria planea priorizar a los trabajadores de la salud y las comunidades en riesgo en los 13 estados afectados durante su campaña de vacunación. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de África (CDC) han estimado que el continente necesita alrededor de 10 millones de dosis de la vacuna contra el mpox, siendo la RDC el caso más urgente. El Clado 1b ha generado preocupaciones debido a su potencial para propagarse y volverse más letal, aunque su impacto exacto sigue siendo incierto. Los críticos han señalado el lento ritmo de distribución de vacunas en África, atribuyéndolo en parte a los procesos regulatorios de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que algunos describen como excesivamente cautelosos. Muchos países de ingresos bajos y medianos dependen de la OMS para la aprobación de medicamentos, sin embargo, la organización no ha autorizado oficialmente las dos vacunas disponibles, citando la falta de datos necesarios para una revisión exhaustiva. La profesora Helen Rees, asesora de la OMS y del CDC de África, criticó el marco regulatorio de la organización, afirmando que "no es adecuado para situaciones de emergencia". Enfatizó la necesidad de que los organismos de salud internacionales reevaluaran sus procesos de aprobación, particularmente en momentos de necesidad urgente. La OMS solicitó recientemente a los fabricantes de vacunas que expresaran su interés en obtener licencias de emergencia para las vacunas contra el mpox, lo que permitiría aprobaciones aceleradas, un proceso que muchos funcionarios de salud creen que debería haber comenzado mucho antes. El reciente envío de vacunas a Nigeria, en lugar de a la RDC, se atribuye a las medidas proactivas tomadas por los funcionarios de salud nigerianos tras el brote de 2022. En una conferencia de prensa en Abuja, el embajador de EE. UU., Richard Mills, elogió los esfuerzos de Nigeria para gestionar eficazmente el brote. La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) también ha prometido 50,000 dosis adicionales a la RDC, aunque el cronograma de entrega sigue siendo incierto. A pesar de esta entrega inicial, expertos como la profesora Rees destacan que los retrasos podrían haberse minimizado si las naciones más ricas hubieran contribuido con vacunas antes. Muchos países afectados tienen reservas de vacunas destinadas al uso doméstico, pero en una crisis de salud global, la necesidad de responsabilidad y apoyo colectivo no puede ser subestimada. Rees comentó que durante una emergencia global, las naciones deberían reevaluar sus reservas y considerar cómo pueden contribuir a la lucha global contra enfermedades como el mpox. La llegada de vacunas a Nigeria marca un paso crucial hacia adelante, pero el continente en general sigue en una situación precaria mientras espera dosis adicionales para combatir esta amenaza emergente.