Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En una reflexión conmovedora sobre las complejidades de la violencia doméstica, un médico de cabecera anónimo arroja luz sobre las narrativas a menudo pasadas por alto de las víctimas que no encajan en el molde estereotípico. El viaje de la médica a través de un matrimonio abusivo de 15 años revela una dolorosa verdad: que la violencia doméstica no se limita a ningún grupo demográfico específico. Trasciende las fronteras socioeconómicas y educativas, afectando a las mujeres de innumerables maneras, muchas de las cuales permanecen sin reconocimiento por parte de la sociedad. La médica relata una experiencia desalentadora en una función social poco después de dejar su matrimonio. Enfrentada al escepticismo sobre su condición de víctima debido a su estatus profesional, se sintió pequeña y avergonzada—emociones demasiado familiares para muchas sobrevivientes. Este momento subraya un malentendido social más amplio que sostiene que las víctimas de violencia doméstica son fácilmente identificables. Sin embargo, la realidad es mucho más matizada, involucrando abuso emocional y control coercitivo que a menudo no dejan marcas visibles pero infligen profundas heridas psicológicas. A pesar de su formación médica, la médica revela una sorprendente falta de educación en torno a la violencia doméstica. Mientras que el abuso físico era un tema de discusión, el abuso emocional, el control coercitivo y las sutilezas de la violencia en la pareja íntima rara vez se abordaban. Esta brecha en el conocimiento se extiende más allá de la formación médica, permeando la comprensión social y las representaciones mediáticas de la violencia doméstica. El enfoque sigue siendo predominantemente en casos extremos—muertes trágicas y agresiones físicas—mientras que el sufrimiento silencioso de innumerables mujeres persiste al margen. La médica destaca una investigación de la Oficina de Estadísticas de Australia que revela que una de cada cuatro mujeres ha experimentado violencia por parte de una pareja íntima desde los 15 años. Estas mujeres pueden no exhibir signos evidentes de lesiones, pero la constante presencia del miedo y la manipulación impacta significativamente su bienestar mental y físico. Las víctimas a menudo luchan con la duda sobre sí mismas y la culpa internalizada, agravada por el insidioso gaslighting de sus abusadores. Las reflexiones de la médica resuenan con los sentimientos de muchas mujeres que se encuentran cuestionando sus experiencias al confrontar la incredulidad de la sociedad. A medida que trabaja para reconstruir su vida, la médica reconoce los privilegios que han ayudado a su recuperación—familia, comunidad y acceso a servicios de salud mental que la apoyan. Sin embargo, enfatiza que tales recursos no deben ser vistos como lujos, sino como sistemas de apoyo esenciales para todas las víctimas. La necesidad de financiamiento y recursos integrales para los servicios de violencia familiar es crítica para asegurar que cada sobreviviente tenga la oportunidad de sanar. El camino de recuperación de la violencia doméstica no se trata meramente de "seguir adelante"; se trata de resurgir del trauma con una nueva comprensión de uno mismo. La historia de la médica ilustra el impacto duradero del abuso en la identidad, la autoestima y la salud mental. Si bien las heridas pueden desvanecerse, las experiencias moldean quienes somos, dejando una marca indeleble. Al compartir su historia, la médica espera desafiar los conceptos erróneos, fomentar la comprensión y proporcionar una plataforma para que se escuchen las voces de todas las víctimas. Es un llamado a reconocer que la violencia doméstica puede afectar a cualquiera y que la experiencia de cada sobreviviente es válida y digna de reconocimiento. A medida que la sociedad lidia con las complejidades de la violencia doméstica, sigue siendo esencial ampliar la narrativa y asegurar que todas las víctimas reciban el apoyo, la comprensión y el respeto que necesitan para recuperar sus vidas.