Nuevo estudio sugiere que ampliar el uso de azitromicina podría reducir la mortalidad infantil en África.

El reciente estudio de la Universidad de California, San Francisco, arroja luz sobre un problema urgente de salud pública: las altas tasas de mortalidad infantil en el África subsahariana. Los investigadores han encontrado que la ampliación del uso del antibiótico azitromicina podría reducir significativamente las tasas de mortalidad entre los niños menores de cinco años, lo que ha llevado a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a considerar la revisión de sus directrices sobre la administración del fármaco. Actualmente, la OMS recomienda que la azitromicina se administre a los lactantes de entre un mes y 11 meses en áreas identificadas como de alta mortalidad infantil. Sin embargo, esta nueva investigación aboga por extender esta recomendación para incluir a los niños de hasta cinco años. El estudio indica que al hacerlo, los países podrían potencialmente reducir las tasas de mortalidad infantil, que son alarmantemente altas en regiones como Níger, donde la tasa de mortalidad en menores de cinco años alcanzó 117 por cada 1,000 nacimientos vivos en 2022, la más alta del mundo. Los hallazgos son particularmente significativos a la luz de investigaciones anteriores realizadas en 2018, que demostraron que un tratamiento de dos años con azitromicina disminuyó significativamente las tasas de mortalidad en niños en varias naciones africanas. El nuevo estudio, conocido como Avenir, refuerza estos hallazgos, mostrando una reducción del 17 por ciento en la mortalidad entre los lactantes cuando se administró azitromicina a todos los niños menores de cinco años, en lugar de solo a los lactantes. La razón detrás de este enfoque es que los niños mayores, que son más propensos a socializar fuera del hogar, pueden llevar infecciones de regreso a sus hermanos más vulnerables. Al tratar también a los niños mayores, toda la unidad familiar se beneficia, lo que contribuye a una reducción más amplia de la mortalidad infantil. Sin embargo, esta estrategia no está exenta de desafíos. Los expertos en salud pública son cautelosos debido al potencial aumento de la resistencia a los antibióticos, una preocupación creciente que contribuye a millones de muertes a nivel mundial cada año. Thomas Lietman, el autor principal del estudio, reconoció la importancia de evitar el uso indiscriminado de antibióticos, pero argumentó que, cuando se implementa de manera estructurada, los beneficios pueden superar los riesgos. A la luz de los hallazgos, la OMS está estableciendo un grupo para revisar más a fondo la evidencia en torno a la administración masiva de azitromicina en niños pequeños. Esta evaluación considerará no solo los hallazgos del estudio Avenir, sino también investigaciones adicionales que se publicarán en los próximos años. El potencial para salvar vidas es considerable, pero la OMS deberá equilibrar esto con la amenaza continua de la resistencia a los antimicrobianos. A medida que la situación avanza, la necesidad de un enfoque reflexivo y basado en evidencia para el uso de antibióticos en poblaciones vulnerables sigue siendo primordial. El estudio Avenir ejemplifica cómo las intervenciones específicas pueden llevar a mejoras significativas en la salud pública, especialmente en regiones donde la mortalidad infantil sigue siendo una preocupación crítica. Con la posible aprobación de la OMS para el uso expandido de azitromicina, puede haber una nueva esperanza para reducir las tasas de mortalidad infantil en toda el África subsahariana, siempre que un monitoreo cuidadoso y prácticas responsables acompañen cualquier nueva directriz.