Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Escocia continúa lidiando con una devastadora crisis de drogas, ya que estadísticas recientes revelan un preocupante aumento del 12% en las muertes relacionadas con drogas, llevando el total a 1,172 en 2023. Esta cifra no solo destaca la gravedad de la situación, sino que coloca a Escocia firmemente en la cima de las tasas de muertes por drogas en Europa. El aumento preocupante, que marca 121 muertes adicionales en comparación con el año anterior, ha llevado a un renovado compromiso por parte de los funcionarios del gobierno para abordar esta emergencia de salud pública en curso. El Secretario de Salud, Neil Gray, expresó sus condolencias a las familias afectadas por estas trágicas pérdidas, enfatizando que el creciente número de muertes subraya la necesidad urgente de intervenciones efectivas. A la luz de los datos publicados por los Registros Nacionales de Escocia, que muestran que las drogas opioides estuvieron involucradas en el 80% de estas muertes, Gray señaló que el gobierno se centra particularmente en combatir la amenaza que representan los potentes opioides sintéticos como los nitazenes, que causaron 23 muertes el año pasado. El Foro de Drogas de Escocia, una organización que apoya a quienes se ven afectados por la adicción, ha señalado que los problemas sistémicos continúan obstaculizando el progreso en los esfuerzos de tratamiento y recuperación. Austin Smith, del foro, comentó que ha habido un fracaso persistente en involucrar a suficientes personas en programas de tratamiento, y aquellos que acceden a la ayuda a menudo no reciben el apoyo integral necesario para abordar los problemas subyacentes que impulsan su consumo de sustancias. Las estadísticas revelan una dura realidad: las muertes relacionadas con el bromazolam, una benzodiazepina, aumentaron drásticamente de 54 en 2022 a 426 en 2023, mientras que la cocaína estuvo implicada en 479 muertes, reflejando un aumento significativo desde las 371 del año anterior. Tales tendencias sugieren que, si bien las nuevas y emergentes sustancias son una preocupación, los opioides tradicionales siguen siendo el factor predominante en las fatalidades. Los críticos de la respuesta del gobierno han señalado que los objetivos establecidos hace tres años para mejorar el acceso al tratamiento no se han cumplido. Un informe publicado por el Foro de Drogas de Escocia indica que la meta de un aumento del 9% en el número de personas que reciben tratamiento está lejos de ser alcanzada. Además, los estándares para el Tratamiento Asistido por Medicamentos, introducidos para mejorar la accesibilidad del servicio, aún no se han implementado por completo. Smith destacó la necesidad de un cambio de enfoque, pasando de simplemente gestionar recetas a construir relaciones terapéuticas con las personas que buscan ayuda. Subrayó que el empoderamiento y abordar los problemas más amplios que conducen al consumo de sustancias son cruciales para un tratamiento efectivo. Muchas personas en recuperación han expresado sentimientos de estancamiento en su progreso, con la experiencia de estar “estacionados en metadona” reflejando una falta de atención personalizada. En respuesta a la crisis, Gray reafirmó el compromiso del gobierno escocés de intensificar los esfuerzos a través de una misión nacional sobre drogas de 250 millones de libras. Las iniciativas incluyen la prueba de una instalación de consumo de drogas más segura, el establecimiento de servicios de verificación de drogas y la mejora del acceso a la naloxona, un medicamento que salva vidas y puede revertir sobredosis de opioides. A medida que Escocia enfrenta esta crisis continua, el camino a seguir depende de la implementación efectiva de políticas, el aumento de la financiación para los servicios de adicción y un enfoque integral que abarque tratamiento, prevención y estrategias de reducción de daños. Sin un cambio significativo, la tendencia de aumento de muertes por drogas está destinada a continuar, dejando a las familias y comunidades con el pesado costo de esta emergencia de salud pública.