Se Necesita Acción Urgente a Medida que el Brote de Mpox Escala en África en Medio de la Inequidad Global en Salud

A medida que el mundo lidia con las secuelas de la pandemia de Covid-19, la aparición de una nueva crisis de salud en África simboliza la necesidad de respuestas globales urgentes y equitativas en el ámbito de la salud. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha categorizado recientemente el brote actual de mpox—un virus altamente contagioso—como una "emergencia de salud pública de preocupación internacional". Este alarmante desarrollo, particularmente en relación con la nueva variante "clade 1" que presenta una tasa de mortalidad de alrededor del 4%, exige una acción inmediata, especialmente dado que se han reportado casos en 13 naciones africanas, predominantemente en la República Democrática del Congo (RDC). Con más de 500 muertes ya registradas, la situación es grave. Los fracasos de la comunidad internacional para abordar crisis de salud anteriores, especialmente durante la pandemia de Covid-19, plantean serias preguntas sobre la preparación y la equidad en la distribución de vacunas. Este verano, después de extensas discusiones, los estados miembros de la OMS no pudieron llegar a un consenso sobre los planes para garantizar que las vacunas y la asistencia médica lleguen a los países en desarrollo. La disparidad en el acceso a vacunas que salvan vidas, que deberían ser accesibles según la necesidad y no según la riqueza, plantea no solo un dilema moral, sino también un riesgo global para la salud. Los virus no reconocen fronteras, y su propensión a mutar y propagarse subraya la necesidad de un enfoque colectivo y proactivo. Mientras la RDC enfrenta un brote de mpox en aumento, las limitaciones de los marcos regulatorios internos, junto con una respuesta internacional inadecuada y una aguda falta de financiamiento, han dejado al país con un acceso mínimo a vacunas. Se estima que el costo de una vacuna contra el mpox es de $100, un precio exorbitante para una nación que ya enfrenta una deuda significativa y subdesarrollo. EE. UU. ha prometido apenas 50,000 dosis, muy lejos de los millones necesarios para frenar el brote. La agencia de salud pública de la Unión Africana estima que se necesitarán aproximadamente $4 mil millones para esfuerzos de vacunación integral, vigilancia y educación en todo el continente. Sin embargo, hasta ahora, solo se ha comprometido una fracción de esta cantidad. El brote de mpox sirve como un recordatorio contundente de las repercusiones del acaparamiento de vacunas observado durante la crisis de Covid-19, donde los países más ricos priorizaron a sus poblaciones mientras que los países de bajos ingresos se quedaron luchando por recursos. Este patrón de negligencia debe romperse; las naciones más ricas deben actuar y cumplir con sus obligaciones morales proporcionando apoyo y financiamiento adecuados para combatir crisis de salud en regiones vulnerables. De cara al futuro, es imperativo diseñar estrategias a largo plazo que promuevan la equidad en la vacunación, incluyendo la transferencia de tecnología y el establecimiento de asociaciones con naciones en desarrollo para mejorar sus capacidades de atención médica. El mundo no puede permitirse repetir los errores del pasado. La urgencia en torno al mpox debe galvanizar acciones que no solo aborden la amenaza inmediata, sino que también sientan las bases para un marco de salud global más equitativo y efectivo para futuras emergencias. Ante la inminente crisis de salud en África, no solo es responsabilidad de las naciones ricas actuar, sino que también es en su propio interés prevenir la propagación de enfermedades que podrían tener consecuencias de gran alcance. El momento para una acción decisiva es ahora, y la comunidad internacional debe priorizar la colaboración, el financiamiento y el apoyo para garantizar que ninguna nación se quede atrás en la lucha contra las enfermedades infecciosas.