El viaje de Naomi Osaka después del embarazo genera conversaciones vitales sobre la maternidad y la identidad.

El viaje de Naomi Osaka después del embarazo genera conversaciones vitales sobre la maternidad y la identidad.

Las reflexiones de Naomi Osaka sobre las dificultades después del embarazo resuenan ampliamente, destacando los desafíos de la maternidad y la necesidad de un mejor apoyo en el deporte.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Salud 18.08.2024

Las recientes reflexiones sinceras de Naomi Osaka sobre su experiencia post-parto resuenan mucho más allá del ámbito del deporte profesional, tocando una realidad universal que enfrentan las mujeres en todas partes. En su publicación de Instagram, Osaka confesó: "Mi mayor problema es que no siento que esté en mi cuerpo", un sentimiento que resulta verdadero para muchas madres que lidian con las secuelas físicas y emocionales del parto. La lucha de la campeona de Grand Slam por recuperar su competitividad tras convertirse en madre revela la transformación de la autopercepción que puede seguir a la monumental experiencia de traer una nueva vida al mundo. La vulnerabilidad de Osaka contrasta marcadamente con la rígida ética de los deportes de élite, donde las discusiones sobre la salud mental históricamente han sido sofocadas por el estigma y la expectativa de una resiliencia inquebrantable. Su decisión anterior de retirarse del Abierto de Francia debido a preocupaciones de salud mental encendió conversaciones importantes sobre las presiones que enfrentan los atletas, y ahora, su confesión sobre los cambios físicos que acompañan a la maternidad refuerza la noción de que estos competidores de élite no solo son atletas extraordinarios, sino también seres humanos que navegan las complejidades de la vida. Los sentimientos que Osaka articula no son exclusivos de quienes compiten en los niveles más altos; reflejan una experiencia compartida entre innumerables mujeres que han dado a luz. La frase "no estoy en mi cuerpo" encapsula la desorientación que muchas madres sienten mientras se adaptan a sus nuevas realidades físicas. El viaje de cada mujer a través del embarazo y la recuperación postparto es único, influenciado por factores como complicaciones de salud o el peso emocional de la maternidad. La investigación muestra que para una de cada tres mujeres, la experiencia del parto puede ser traumática, contribuyendo a una sensación de alienación de su yo anterior al nacimiento. En medio de estos desafíos, ha surgido una nueva narrativa en torno a la maternidad en el deporte, promoviendo la idea de que las mujeres pueden equilibrar la excelencia atlética con la maternidad. El notable regreso de Jessica Ennis-Hill para ganar campeonatos mundiales poco más de un año después de dar a luz marcó un punto de inflexión, demostrando que la maternidad no equivale a una disminución en el rendimiento. Este cambio se evidencia aún más en Laura Kenny, quien logró el éxito olímpico después de ser madre, lo que llevó a una ola de apoyo para las atletas maternas en plataformas como Team GB, donde las madres representaron una porción significativa de las ganadoras de medallas en las recientes Olimpiadas. Sin embargo, la conversación debe ir más allá de la celebración para abordar las luchas subyacentes que vienen con el regreso al deporte de élite tras el parto. Los recuerdos de Denise Lewis sobre su solitario camino de regreso al heptatlón después del embarazo subrayan la necesidad de mejores sistemas de apoyo para las madres en el atletismo. Crear un ambiente donde las mujeres puedan discutir abiertamente sus desafíos es crucial para cambiar la narrativa prevalente que sugiere que la maternidad es un obstáculo para el éxito atlético. Al reconocer las realidades de la vida postparto, Osaka hace más que compartir su viaje personal; también da voz a las experiencias colectivas de mujeres en todas partes. La noción de que la identidad de una persona puede cambiar después del parto, a veces para mejor y a veces dejando atrás sentimientos de pérdida o confusión, es una realidad que merece reconocimiento y comprensión. Al extender "gracia" a sí misma, Osaka simultáneamente la extiende a cada mujer que ha luchado con los cambios que acompañan a la maternidad. Esta inclusividad en el diálogo es vital; reconocer las complejidades de esta transición añade profundidad a la narrativa actual, asegurando que las mujeres se sientan vistas y validadas en sus experiencias. En un mundo que a menudo pasa por alto los desafíos que enfrentan las madres, la apertura de Osaka allana el camino para una conversación más honesta y solidaria sobre la intersección de la maternidad y la identidad, particularmente en la arena de alto riesgo del deporte profesional.

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