Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En un trágico incidente que ha generado preocupaciones sobre la seguridad de los productos, una mujer de 93 años con demencia murió tras consumir cápsulas de lavandería tóxicas, que fueron confundidas con dulces debido a su colorido y atractivo empaque. La muerte de Elizabeth Van Der-Drift el 19 de marzo pone de relieve una importante omisión en las regulaciones de seguridad relacionadas con productos que pueden representar riesgos no solo para los niños, sino también para las personas con discapacidades cognitivas. Durante la investigación sobre su muerte, se reveló que Van Der-Drift había estado viviendo con demencia durante varios años, lo que afectaba su capacidad para recordar tareas básicas, incluyendo cuándo fue la última vez que comió. Testigos notaron que tenía una tendencia a buscar comida con frecuencia, lo que llevó al desafortunado evento en el que accedió a las cápsulas de detergente de colores brillantes. El asistente del forense, Ian Potter, describió el empaque como teniendo una "más que leve semejanza con una bolsa de dulces", lo que genera alarma sobre los peligros potenciales de tales productos de consumo. El informe de Potter señaló la evidente brecha en las actuales regulaciones de seguridad de productos, específicamente las Regulaciones de Imitaciones Alimentarias (Seguridad) de 1989, que fueron diseñadas para prevenir que artículos peligrosos sean confundidos con alimentos. Si bien estas regulaciones abordan adecuadamente los riesgos para los niños, el forense observó que parecen carecer de previsión respecto a las vulnerabilidades de quienes sufren de demencia u otras discapacidades cognitivas. Él afirmó: “Me parece que o bien las regulaciones mismas no tienen en cuenta de manera suficiente a quienes viven con demencia, o bien la aplicación de las regulaciones no se aborda con la suficiente rigurosidad”. Las preocupaciones del forense provienen de que los "colores brillantes y llamativos" de las cápsulas de lavandería son un fenómeno que abarca toda la industria y que podría ser engañoso. Enfatizó que dirigir las advertencias únicamente al fabricante específico de las cápsulas sería una visión a corto plazo; en cambio, ha escalado el asunto a autoridades superiores, incluyendo la Oficina de Seguridad y Normas de Productos y la Asociación de la Industria de Productos de Limpieza del Reino Unido. Tras la ingestión del producto tóxico, Van Der-Drift experimentó serias complicaciones de salud, incluyendo dolor abdominal y dificultad para respirar, lo que llevó a su hospitalización donde posteriormente falleció. La investigación determinó que su muerte fue accidental, pero sirve como un recordatorio crítico de la necesidad de medidas de seguridad más estrictas y un etiquetado más claro que tenga en cuenta las limitaciones cognitivas de ciertos grupos de consumidores. Dado que los destinatarios del informe del forense sobre la prevención de muertes futuras deben responder antes del 8 de octubre de 2023, la expectativa es clara: se debe tomar acción rápida y efectiva para prevenir futuras tragedias. Este caso no solo subraya los peligros que representan los empaques engañosos, sino que también llama a una reevaluación de los estándares de seguridad para garantizar que las poblaciones vulnerables estén adecuadamente protegidas de productos que podrían llevar a malentendidos fatales similares.