Coalición de médicos desafía a la BMA por la prohibición de bloqueadores de la pubertad para jóvenes trans.

La Asociación Médica Británica (BMA, por sus siglas en inglés) se enfrenta actualmente a un escrutinio por parte de una coalición de médicos en relación con su postura sobre una reciente prohibición gubernamental del uso de bloqueadores de la pubertad en el tratamiento de jóvenes transgénero. Este debate ha sido catalizado por la Revisión Cass, liderada por la pediatra Dra. Hilary Cass, que criticó el marco existente para los servicios de género en el Reino Unido y destacó la necesidad de una investigación sólida y enfoques alternativos para apoyar a los niños que luchan con su identidad de género. La revisión de la Dra. Cass, publicada en abril, afirmó que los niños habían sido decepcionados por la falta de una investigación integral sobre intervenciones médicas, considerando que la evidencia sobre los bloqueadores de la pubertad era "notablemente débil". Sus recomendaciones incluían cambiar el enfoque de las intervenciones médicas hacia un modelo más holístico que priorizara el apoyo a la salud mental de los jóvenes. Esta perspectiva es particularmente relevante dado que la única clínica que ofrece servicios de género en Inglaterra y Gales, la Clínica Tavistock en Londres, fue cerrada poco antes de la publicación de la revisión. En medio de estos acontecimientos, NHS England anunció que detendría la prescripción rutinaria de bloqueadores de la pubertad, una decisión que fue seguida poco después por una prohibición gubernamental sobre los medicamentos. En respuesta a la Revisión Cass, NHS England planea establecer ocho nuevos centros para 2026, diseñados para mejorar la seguridad y supervisión en el tratamiento de jóvenes transgénero. Las derivaciones para estos servicios se redirigirán de los médicos de cabecera a especialistas en salud mental o pediatría, y se realizará un ensayo clínico para explorar los posibles beneficios y daños de las hormonas que suprimen la pubertad. Si bien estas medidas recibieron la aprobación general de los líderes de salud, la BMA ha solicitado una pausa en la implementación de las recomendaciones de la Revisión Cass. La organización tiene la intención de llevar a cabo su propia evaluación integral de los hallazgos, abogando por la discreción clínica en las decisiones de tratamiento en lugar de prohibiciones generales. La posición de la BMA resuena con un número creciente de clínicos, como lo demuestra una carta organizada por médicos preocupados que ha recibido el apoyo de alrededor de 1,000 personas, incluidos figuras prominentes de varios Colegios Reales. La carta enfatiza que la Revisión Cass identificó correctamente la falta de evidencia sobre la seguridad y eficacia de los bloqueadores de la pubertad, argumentando que dichos tratamientos deberían estar disponibles solo en un entorno de investigación. Critica a la BMA por desviarse potencialmente de los principios de la medicina basada en evidencia y la práctica clínica ética. A la luz de este desacuerdo, el Dr. Philip Banfield, presidente del Consejo de la BMA, reconoció las preocupaciones planteadas por los firmantes de la carta y se comprometió a considerar sus comentarios en las evaluaciones en curso de la BMA. Sin embargo, expresó su inquietud de que la decisión de cesar la prescripción rutinaria de bloqueadores de la pubertad excediera las recomendaciones establecidas en la Revisión Cass, y manifestó su preocupación por la implementación rápida y selectiva de sus propuestas. Este diálogo en curso subraya un momento crítico en la evolución de la atención médica para personas transgénero en el Reino Unido, ya que las partes interesadas lidian con las complejidades de la práctica basada en evidencia en medio de una creciente demanda de atención matizada, compasiva e informada para los jóvenes transgénero. Las resoluciones tomadas en este debate probablemente tendrán implicaciones duraderas para el futuro de la provisión de atención médica en esta área sensible y fundamental de la medicina pediátrica.