Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En una reveladora y angustiante exposición de la difícil situación que enfrentan los jóvenes sin hogar en Melbourne, un reciente censo ha puesto de manifiesto las sombrías realidades que muchos jóvenes soportan. Imogen, una mujer Kamilaroi de 24 años, compartió su experiencia de vivir en la calle desde los 14 años, tras una salida forzada de su hogar familiar. Su historia epitomiza la lucha que enfrentan muchos, según una encuesta realizada por Melbourne City Mission y Social Ventures Australia, que destacó el abrumador impacto de la violencia familiar en la falta de vivienda de los jóvenes. El "Instantáneo de la Juventud Sin Hogar de Victoria", publicado el miércoles, reveló que un asombroso 82% de los 177 jóvenes encuestados había enfrentado violencia familiar antes de volverse homeless. Alarmantemente, más de la mitad de estas personas ya eran conocidas por los servicios de protección infantil, lo que subraya un fracaso sistémico en la protección de los niños vulnerables. La reflexión de Imogen sobre su experiencia es un recordatorio conmovedor de que muchos jóvenes son empujados a la adultez prematuramente, despojados de su infancia en medio de condiciones de vida caóticas y peligrosas. "He tenido todas las experiencias bajo el sol: dormir en la calle, hacer couch surfing, albergues. He dormido en estaciones de tren. He dormido en parques. He dormido en playas", recordó Imogen, revelando las alarmantes situaciones que enfrentan muchas mujeres jóvenes. El costo emocional de tal inestabilidad a menudo se manifiesta en luchas de salud mental; según la encuesta, aproximadamente el 55% de los encuestados reportaron haber experimentado autolesiones o ideación suicida, y muchos se encontraron en un ciclo de entrada y salida de atención médica de emergencia, a menudo sin el apoyo psiquiátrico adecuado. Ollie, un ex joven sin hogar que ahora trabaja como trabajador de apoyo entre pares, coincidió en que las necesidades de los jóvenes a menudo se pasan por alto en entornos de emergencia. "Hemos tenido múltiples casos de jóvenes que ni siquiera han recibido una evaluación psiquiátrica y son dados de alta del departamento de emergencia, se les pone en un taxi y se les envía directamente aquí", señaló, enfatizando los efectos perjudiciales de un sistema que no reconoce la complejidad de sus circunstancias. La situación a nivel nacional es igualmente desalentadora, con más de 16,000 niños no acompañados buscando ayuda de los servicios de atención a la falta de vivienda el año pasado. La reciente encuesta de jóvenes de Mission Australia corroboró esta sombría tendencia, mostrando que uno de cada diez jóvenes de 15 a 19 años experimentó falta de vivienda en 2023. El instantáneo de Melbourne reveló que un número significativo de jóvenes dejó su hogar antes de cumplir 16 años, con algunos tan jóvenes como siete años. Una vez sin hogar, casi dos tercios de los encuestados enfrentaron períodos prolongados de inestabilidad, permaneciendo sin un hogar estable durante años. Vicki Sutton, CEO de Melbourne City Mission, expresó su sorpresa ante los hallazgos, destacando un bloqueo sistémico en el marco de apoyo para los jóvenes que experimentan falta de vivienda. "Que los jóvenes queden atrapados en la falta de vivienda durante períodos prolongados de tiempo - eso es horripilante", afirmó, llamando la atención sobre la urgente necesidad de vivienda social dedicada. Actualmente, solo el 2.9% de las propiedades de vivienda social están asignadas a jóvenes de 15 a 24 años, lo que ilustra una evidente brecha en el apoyo disponible para este grupo demográfico. A medida que el censo está preparado para ser presentado en el Parlamento de Victoria, hay llamados a la acción gubernamental inmediata para abordar esta crisis. Sutton instó al gobierno de Victoria a priorizar la creación de un stock de vivienda social dedicado para jóvenes, estimando que se necesitan al menos 15,000 propiedades adicionales para satisfacer la demanda. Para Imogen, quien desde entonces ha cambiado su vida y trabaja en defensa de estos temas, la esperanza radica en transformar estos hallazgos en un cambio tangible. "Espero que se den cuenta de que no es solo un dato en un papel. En realidad, lo vivimos y lo respiramos", comentó apasionadamente. Su historia, como la de muchos otros, sirve como un llamado a la sociedad para que reconozca las realidades de la falta de vivienda juvenil y tome medidas decisivas para proporcionar el apoyo y la estabilidad que cada joven merece. A medida que el futuro está en juego, el momento de actuar es ahora.