Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
A medida que los consumidores navegan por los pasillos aparentemente interminables de productos en los supermercados, la variedad de opciones puede resultar abrumadora. Desde caldos en polvo y cubos densos hasta caldos líquidos y concentrados en gelatina, cada opción presenta sus propias características únicas y aplicaciones culinarias. Para desentrañar las capas de confusión, recurrimos a expertos de la industria: el químico de alimentos Zhongxiang Fang, la dietista Maggie Sewell y el chef Keita Abe, quienes nos brindaron información sobre las distinciones entre estos productos, incluido el muy comentado caldo de huesos. Los caldos líquidos, que a menudo se encuentran en cartones o bolsas, se fabrican utilizando métodos similares a los caldos caseros, pero a una escala mucho mayor. Fang explica que estos caldos se esterilizan durante el procesamiento, lo que garantiza una vida útil más larga, similar a los alimentos enlatados. Si bien algunos productos se etiquetan con orgullo como "caldo de huesos", los términos utilizados por varias marcas pueden ser engañosos. El caldo de huesos tradicional se elabora típicamente solo con agua y huesos, sin embargo, muchas versiones comerciales se desvían de este estándar. Sewell señala que, aunque el caldo de huesos puede tener afirmaciones de salud y tiende a ser más rico en proteínas y más bajo en sal en comparación con otras variedades, sus beneficios nutricionales pueden estar exagerados. "Los caldos de huesos de supermercado no tendrán suficiente colágeno para que tu cuerpo lo absorba de manera eficiente", advierte, sugiriendo que aquellos que buscan colágeno deberían considerar suplementos dedicados en su lugar. En lo que respecta al sabor y la nutrición, los caldos líquidos generalmente superan a sus contrapartes en seco. Si bien pueden no proporcionar una fuente significativa de micronutrientes, ofrecen un perfil de sabor que se asemeja mucho a las versiones caseras, permitiendo versatilidad en los platos. Abe enfatiza la importancia de usar caldos líquidos como potenciadores de sabor en lugar de como sopa por sí solos. "Nunca lo uses solo como sopa", aconseja, destacando la necesidad de integrarlo en recetas para amplificar el sabor general. Por otro lado, los caldos en polvo han recibido elogios por su versatilidad y facilidad de uso. Según Abe, son la opción más práctica para cualquier despensa, sirviendo como un útil potenciador de sabor en una variedad de platos. Sin embargo, los expertos advierten que muchos caldos en polvo y en cubos comerciales a menudo están compuestos de ingredientes menos deseables como el MSG, la sal y el azúcar, contribuyendo poco en términos de valor nutricional. Sewell señala: "Son solo un montón de sabores", y enfatiza la importancia de la moderación al incorporar estos productos en las comidas. Los caldos concentrados, que se encuentran en tarros o porciones individuales, ofrecen un potente golpe de sabor, lo que los hace ideales para salsas ricas y salsas gravy. Sin embargo, debido a su naturaleza concentrada, deben usarse con moderación para evitar que dominen los platos. Nuevamente, la clave es revisar el contenido nutricional, particularmente los niveles de sodio, para asegurar una adición equilibrada a las comidas. Para aquellos que prefieren optar por la ruta del hazlo tú mismo, el caldo casero puede proporcionar una profundidad de sabor que a menudo supera a las opciones compradas en la tienda. Si bien puede no ser un potente recurso nutricional, crear caldo en casa permite un mayor control sobre los ingredientes y la intensidad del sabor. Abe, quien elabora su caldo durante tres horas en su restaurante, señala que usar huesos sobrantes y restos de verduras puede reducir costos mientras mejora el producto final. Recomienda descomponer los huesos para liberar tuétano y gelatina, y sugiere que desespumar las impurezas durante la cocción es opcional, ya que estos elementos pueden contribuir al sabor. En última instancia, la elección entre caldo líquido, en cubos, en polvo o casero depende de las necesidades individuales, estilos de cocina y preferencias de sabor. Si bien las opciones compradas en la tienda pueden carecer de algunos beneficios nutricionales, ofrecen conveniencia y versatilidad. A medida que los cocineros caseros se vuelven más exigentes, comprender las sutilezas de estos productos puede llevar a comidas más sabrosas y satisfactorias, ya sea que opten por los estantes del supermercado o por sus propias cocinas.