Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
El año 2024 ha traído consigo un avance científico que podría revolucionar la lucha contra el VIH: un medicamento inyectable llamado lenacapavir, que promete prevenir la infección por el virus con una sola dosis que dura seis meses. Este hito fue reconocido por la prestigiosa revista Science, que lo calificó como el hallazgo científico del año. A pesar de los avances en el tratamiento y la prevención del VIH, el virus sigue siendo una amenaza global, con más de un millón de nuevas infecciones cada año. La llegada de este nuevo fármaco ofrece una luz de esperanza en un panorama que, hasta ahora, parecía sombrío. El lenacapavir ha demostrado resultados sobresalientes en ensayos clínicos realizados en Sudáfrica y Uganda, donde más de 5,000 mujeres y adolescentes cisgénero participaron en un estudio que arrojó una eficacia del 100%. Tres meses después, un segundo estudio, que incluyó hombres cisgénero, mujeres transgénero y personas no binarias de cuatro continentes, mostró una eficacia del 99,9%, con solo dos infecciones en más de 3,300 participantes. Estos resultados han generado un gran entusiasmo en la comunidad científica y en organizaciones de salud pública. Una de las características sobresalientes de este fármaco es su mecanismo de acción, que difiere de los tratamientos tradicionales. A diferencia de los medicamentos que atacan las enzimas del VIH, el lenacapavir se enfoca en las proteínas que componen la cápside del virus, una estructura que protege su material genético. Al endurecer esta cápside, el fármaco impide que el virus acceda al núcleo de la célula huésped y se reproduzca, ofreciendo así una eficaz barrera contra la infección. El doctor Marcelo Losso, al frente de la Unidad de Investigación de Enfermedades Emergentes del Hospital Ramos Mejía en Buenos Aires, ha destacado la importancia de este avance. Según Losso, la inyección subcutánea de lenacapavir cada seis meses podría ser una solución más efectiva que la profilaxis oral, ya que elimina el desafío de la adherencia diaria a los fármacos orales, que a menudo resulta problemático. Este nuevo enfoque no solo mejora la eficacia en la prevención, sino que también puede ser administrado con una inyección que se asemeja a la que utilizan las personas con diabetes para insulina. El infectólogo Pedro Cahn, director de la Fundación Huésped, también ha reconocido el avance que representa el lenacapavir. Resaltó que los estudios comparativos muestran una eficacia notablemente superior al tratamiento oral. Sin embargo, también ha advertido sobre la necesidad de ampliar el acceso a este medicamento, ya que el costo y la disponibilidad seguirán siendo factores determinantes en su adopción global. La efectividad del lenacapavir abre la puerta a un cambio de paradigma en la lucha contra el VIH. Linda-Gail Bekker, especialista en enfermedades infecciosas, ha señalado que este avance debe ser difundido y aplicado a gran escala para tener un impacto real en la reducción de las tasas de infección. La posibilidad de utilizar inhibidores de la cápside para otras enfermedades virales también se plantea como un horizonte interesante en la investigación médica. Sin embargo, a pesar de los resultados prometedores, la adopción global del lenacapavir enfrenta desafíos importantes. La aprobación regulatoria de este medicamento como profilaxis previa a la exposición (PrEP) no se espera hasta 2025, y aún no se ha determinado su costo, lo que puede limitar el acceso en muchos países. A pesar de acuerdos para producir versiones genéricas en países en desarrollo, los países de ingresos medios, como Argentina, podrían no beneficiarse de estas iniciativas. Como se ha visto con otros tratamientos, el acceso y la distribución del lenacapavir serán cruciales para maximizar su potencial. Las disparidades en los sistemas de salud, la resistencia a nuevas formas de tratamiento y los estigmas sociales asociados con el VIH podrían obstaculizar su uso en áreas donde más se necesita. La doctora Jeanne Marrazzo ha enfatizado que el éxito de este medicamento depende no solo de su disponibilidad, sino también de la demanda y del contexto en que se implemente. Aunque el lenacapavir representa un avance significativo, sigue siendo evidente que una vacuna contra el VIH sería el objetivo ideal. La posibilidad de una inmunización que pudiera administrarse a gran escala, con un costo accesible y que proporcione protección a largo plazo, sigue siendo un sueño que la comunidad científica persigue incansablemente. Como señala Marrazzo, la búsqueda de una solución que genere inmunidad duradera es fundamental para erradicar el VIH. En conclusión, el descubrimiento y desarrollo del lenacapavir representa un rayo de esperanza en la lucha contra el VIH, ofreciendo un enfoque nuevo y eficaz para la prevención. Sin embargo, el camino hacia su implementación global y el impacto real en la salud pública aún está lleno de desafíos. La comunidad mundial debe unirse para garantizar que los avances científicos se traduzcan en realidades accesibles para todos, especialmente en las regiones más afectadas por el VIH. El futuro de la lucha contra este virus dependerá de cómo se manejen estos nuevos desarrollos y del compromiso colectivo para enfrentar los obstáculos que aún persisten.