El cambio climático es el responsable de uno de cada cinco nuevos contagios de dengue

El cambio climático es el responsable de uno de cada cinco nuevos contagios de dengue

Los investigadores alertan que se expandió el área donde se transmiten enfermedades por mosquitos. Las infecciones podrían aumentar 60% para 2050 si no se controla

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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El cambio climático está alterando no solo el clima de nuestro planeta, sino también la salud pública, y un nuevo estudio revela la alarmante conexión entre este fenómeno y el aumento de los casos de dengue. Según investigadores, uno de cada cinco casos de dengue puede atribuirse directamente a las condiciones climáticas cambiantes, un hecho que subraya la urgencia de actuar frente a la crisis ambiental que enfrenta el mundo.


El estudio, presentado en la reunión anual de la Sociedad Americana de Medicina Tropical e Higiene, destacó que aproximadamente el 19% de los casos actuales de dengue están vinculados al cambio climático. Este vínculo es particularmente preocupante ya que se prevé que, para el año 2050, el número de infecciones podría aumentar entre un 40% y un 60%. En algunas regiones, el incremento podría ser aún más drástico, alcanzando cifras entre el 150% y el 200%.


Erin Mordecai, ecóloga de enfermedades infecciosas en la Universidad de Stanford y autora principal del estudio, señala que a medida que las temperaturas en Estados Unidos se acercan al rango óptimo para la transmisión del dengue, es probable que aumenten las infecciones locales. “Estamos viendo cómo el calentamiento climático no solo está afectando el medio ambiente, sino también nuestra salud”, advierte Mordecai, enfatizando la necesidad de tomar medidas preventivas.


Los mosquitos, vectores del dengue, son sensibles a los cambios de temperatura. Investigaciones anteriores han demostrado que, dentro de un rango específico de temperaturas, estos insectos producen más virus. Las temperaturas que oscilan entre 20 °C y 27.7 °C son propicias para que los mosquitos aumenten su capacidad de transmitir el virus del dengue, lo que pone en riesgo a las poblaciones que viven en regiones donde las temperaturas están en ascenso.


A nivel global, se estima que al menos 257 millones de personas residen en áreas donde el calentamiento climático podría duplicar los casos de dengue en las próximas dos décadas. Este incremento en los contagios no solo representa un riesgo para la salud pública, sino que también presiona a los sistemas de salud, que ya están luchando por hacer frente a otras enfermedades.


Los síntomas del dengue son devastadores, con dolores intensos que han llevado a muchos a apodar a la enfermedad como “fiebre rompehuesos”. Además, en sus formas más graves, el dengue puede causar complicaciones hemorrágicas que ponen en peligro la vida. Actualmente, no existen tratamientos específicos, lo que hace aún más urgente la necesidad de control y prevención.


A pesar de que existe una vacuna contra el dengue en Estados Unidos, esta solo es aplicable a un grupo específico de niños que ya han tenido una infección y viven en zonas donde el dengue es común. La falta de opciones de tratamiento efectivas resalta la necesidad de estrategias de mitigación del cambio climático para limitar la propagación del virus.


El estudio también indica que, aunque los recortes drásticos en las emisiones de gases de efecto invernadero podrían reducir el aumento proyectado de casos en un 20%, la realidad es que 17 de los 21 países analizados seguirán viendo un incremento en los casos de dengue debido a factores climáticos. Esto plantea un desafío significativo para las políticas de salud pública y el manejo de enfermedades infecciosas.


Las regiones donde el dengue ya es endémico, como Perú, México, Bolivia y Brasil, podrían experimentar los mayores aumentos en infecciones, lo que añade una carga adicional a sistemas de salud que ya enfrentan desafíos significativos. Además, hay que considerar que muchas regiones, especialmente en África subsahariana y el sur de Asia, no tienen un monitoreo adecuado de las infecciones por dengue, lo que podría llevar a una subestimación del riesgo.


A medida que la crisis climática se intensifica, los hallazgos de este estudio ofrecen un llamado a la acción urgente. La interconexión entre el cambio climático y la salud pública es innegable, y las naciones deben priorizar la mitigación del cambio climático como una estrategia fundamental para proteger la salud de sus poblaciones. Sin acciones decisivas, el dengue, junto con otras enfermedades, podría convertirse en una amenaza aún mayor en el futuro, exacerbando un problema de salud pública que ya es crítico.

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