Navegando las complejidades del envejecimiento: riesgos para la salud y soluciones para personas mayores.

Navegando las complejidades del envejecimiento: riesgos para la salud y soluciones para personas mayores.

El envejecimiento aumenta la vulnerabilidad a problemas de salud como el Alzheimer, la artritis, el cáncer y la pérdida ósea, pero las medidas proactivas pueden mejorar la calidad de vida de los ancianos.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Salud 07.03.2025
A medida que las personas envejecen, sus cuerpos inevitablemente experimentan un declive en la agilidad y la resiliencia, lo que lleva a una mayor susceptibilidad a una serie de enfermedades relacionadas con la edad. Este fenómeno, influenciado por factores como la disminución de los telómeros y la epigenética, destaca las complejidades del envejecimiento y la multitud de desafíos de salud que lo acompañan. Algunas de las condiciones relacionadas con la edad más prevalentes incluyen la enfermedad de Alzheimer, la artritis, el cáncer y la pérdida ósea, cada una de las cuales presenta riesgos significativos para la salud de los ancianos. La enfermedad de Alzheimer es la causa más común de demencia, llevando a un declive progresivo en la función cognitiva, las habilidades sociales y el comportamiento en general. La probabilidad de desarrollar Alzheimer aumenta drásticamente con la edad. Las investigaciones indican que por cada 1,000 individuos de entre 65 y 74 años, solo dos son diagnosticados anualmente. Sin embargo, este número se eleva notablemente a 37 diagnósticos por cada 1,000 personas de 85 años o más. Si bien actualmente no hay cura para el Alzheimer, la progresión de la enfermedad se puede ralentizar mediante una combinación de medicamentos, cuidado y ajustes en el estilo de vida. Las intervenciones farmacológicas comunes incluyen inhibidores de la colinesterasa y memantina, que pueden ayudar a manejar los síntomas y prolongar la independencia de quienes están afectados. La artritis, una condición caracterizada por la inflamación y el dolor en las articulaciones, también se vuelve cada vez más común con la edad. El tipo más prevalente, la osteoartritis, resulta de la deterioración del cartílago protector en las articulaciones. Si bien el daño causado por la osteoartritis no se puede revertir, se puede lograr el manejo del dolor y la mejora de la movilidad a través de medicamentos, terapia física y, en algunos casos, cirugía. Opciones de venta libre como el acetaminofén y los medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE) pueden proporcionar alivio, mientras que los medicamentos recetados pueden ser necesarios para casos más severos. Las modificaciones en el estilo de vida, incluyendo el ejercicio y el manejo del peso, también pueden desempeñar un papel crucial en la mitigación de los síntomas. A medida que las personas envejecen, el riesgo de desarrollar cáncer aumenta significativamente debido a la disminución de la capacidad del cuerpo para repararse a sí mismo y gestionar errores celulares. La variedad de tipos de cáncer significa que los síntomas y los planes de tratamiento difieren considerablemente, subrayando la importancia de la detección temprana. A menudo se aconseja a los pacientes que sigan una combinación de tratamientos, incluyendo cirugía, quimioterapia e inmunoterapia, que pueden adaptarse a las necesidades y circunstancias de salud específicas del individuo. Los ensayos clínicos también pueden ofrecer acceso a tratamientos de vanguardia que aún no están ampliamente disponibles. Otra preocupación significativa para las personas mayores es la pérdida ósea, que puede hacer que los huesos sean más frágiles y susceptibles a lesiones. Esto es particularmente problemático para aquellos que están en la postmenopausia o que tienen condiciones de salud que limitan la movilidad. Para combatir la pérdida ósea, los profesionales de la salud recomiendan una dieta rica en calcio y vitamina D, junto con ejercicio regular, que puede fortalecer los huesos y mejorar la densidad ósea en general. Para aquellos con movilidad limitada, los programas de ejercicio adaptados aún pueden ser beneficiosos. Alimentos como productos lácteos, verduras de hoja verde y pescados grasos son excelentes opciones para mantener la salud ósea. A medida que nuestra comprensión del envejecimiento y sus riesgos de salud asociados evoluciona, también lo hacen las estrategias de tratamiento y manejo disponibles para los adultos mayores. Si bien la edad sigue siendo un factor de riesgo significativo para una variedad de enfermedades crónicas, las medidas proactivas—incluyendo cambios en el estilo de vida, intervenciones médicas y cuidado de apoyo—pueden mejorar sustancialmente la calidad de vida de los ancianos. Es esencial que los individuos y sus familias se mantengan informados sobre estas condiciones relacionadas con la edad, busquen asesoramiento profesional y adopten estrategias preventivas para navegar las complejidades del envejecimiento con confianza.
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