Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Los funcionarios de salud en la República Democrática del Congo (RDC) están lidiando con una crisis creciente, ya que el país se encuentra mal preparado para combatir un brote severo de mpox. A pesar de ser el epicentro de esta amenaza sanitaria en evolución, el Congo carece de recursos fundamentales, como vacunas, pruebas de diagnóstico y tratamientos efectivos para gestionar la propagación del virus y su impacto en la población. El brote ha tomado un giro preocupante, con funcionarios señalando un cambio tanto en la transmisión como en la presentación clínica de la mpox. Las autoridades de salud congoleñas están luchando con capacidades de diagnóstico limitadas, lo que dificulta los esfuerzos de rastreo de contactos y oscurece la verdadera magnitud del brote. El Dr. Samuel-Roger Kamba, ministro de salud de Congo, afirmó que solo el 30 por ciento de los casos sospechosos se confirman a través de pruebas moleculares, mientras que el resto se diagnostica en función de los síntomas clínicos. Este régimen de pruebas inadecuado complica los esfuerzos para gestionar el brote de manera efectiva. El Dr. Jean-Jacques Muyembe-Tamfum, director del Instituto Nacional de Investigación Biomédica en Kinshasa, expresó su frustración por la falta de apoyo internacional tras la declaración de emergencia de la Organización Mundial de la Salud en 2022. Señaló que el interés disminuyó a medida que los casos en Occidente disminuían, incluso cuando los números en Congo continuaban creciendo. El virus, particularmente el Clade 1b recién identificado, se está propagando entre poblaciones vulnerables, como trabajadores sexuales y sus clientes en las ciudades mineras, lo que complica aún más la respuesta. La nueva variante presenta un desafío único, ya que parece causar lesiones principalmente en el área genital, lo que podría permitir que algunas personas oculten sus infecciones por miedo al estigma o a repercusiones económicas. El Dr. Placide Mbala, que dirige la división de epidemiología en el N.I.B.R., destacó que muchas personas infectadas no están buscando atención, lo que plantea riesgos adicionales para la salud pública. Además, la infraestructura de salud pública de Congo está muy estirada. La nación cuenta con solo seis laboratorios capaces de realizar pruebas de PCR, y los retrasos logísticos significan que las muestras pueden tardar hasta dos días en llegar a estas instalaciones. El costo de las pruebas es una barrera adicional; con precios que alcanzan los 11 dólares por prueba, muchos pacientes no pueden permitirse hacerse la prueba, lo que lleva a casos no diagnosticados y a una falta de protocolos de respuesta adecuados. Si bien algunas iniciativas de investigación están en marcha para desarrollar nuevas pruebas rápidas para la mpox, ha habido poco progreso, especialmente desde que el enfoque global se ha desviado de la mpox. La situación se agrava aún más por la falta de tratamientos antivirales efectivos. Un fármaco antiviral llamado tecovirimat, que ha mostrado promesas en otros países, no arrojó resultados beneficiosos en un ensayo reciente realizado en Congo. Esto plantea preocupaciones urgentes sobre la capacidad de las instalaciones de salud locales para proporcionar la atención de apoyo necesaria, que es crítica para mejorar las tasas de supervivencia. Los niños se ven desproporcionadamente afectados, ya que representan una parte significativa de las más de 500 muertes atribuidas a la mpox este año. La desnutrición y otros problemas de salud agravan su vulnerabilidad, creando una necesidad urgente de estrategias de atención integral que vayan más allá de un mero diagnóstico y tratamiento del virus. Los esfuerzos para introducir vacunas en Congo han sido lentos, obstaculizados por obstáculos burocráticos y desafíos logísticos. Aunque el gobierno ha autorizado el uso de vacunas contra la viruela, que ofrecen protección contra la mpox, el país actualmente no tiene dosis disponibles. Los retrasos en la distribución de las vacunas prometidas de la Unión Europea y los Estados Unidos aumentan la urgencia de la situación, ya que la nueva ruta de transmisión sexual de la mpox amenaza con escalar aún más si no se implementan rápidamente medidas protectoras. Los expertos en salud enfatizan que se deben tomar medidas proactivas para abordar esta crisis en aumento. Los desarrollos en curso subrayan la necesidad de un mayor apoyo internacional y de intervenciones oportunas para dotar a Congo de las herramientas necesarias para abordar esta emergencia de salud pública de manera efectiva. Sin una acción inmediata, la RDC corre el riesgo de caer más profundamente en una crisis de salud que podría tener repercusiones más allá de sus fronteras.