Los médicos de cabecera en Inglaterra toman una postura: la acción de trabajo a reglamento amenaza la atención y el acceso de los pacientes del NHS.

Los médicos de cabecera en Inglaterra toman una postura: la acción de trabajo a reglamento amenaza la atención y el acceso de los pacientes del NHS.

Los médicos de atención primaria en Inglaterra inician una huelga de cumplimiento estricto debido a disputas de financiación, poniendo en riesgo el acceso y la seguridad de los pacientes en un sistema del NHS ya tensionado.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Salud 18.08.2024

A medida que los médicos de cabecera (GP) de toda Inglaterra inician una acción de trabajo a reglamento en respuesta a las crecientes tensiones con el gobierno por la falta de financiación adecuada, las implicaciones de este movimiento son significativas tanto para los proveedores de atención médica como para los pacientes a los que sirven. Mientras muchos GP afirman que esta decisión es un paso necesario para salvaguardar su capacidad de proporcionar atención, las repercusiones podrían repercutir en todo el Servicio Nacional de Salud (NHS), potencialmente agravando un sistema que ya está bajo presión. La actual iniciativa de trabajo a reglamento ha llevado a las consultas a implementar medidas como limitar las consultas diarias de pacientes a solo 25. Esta drástica reducción en las citas de pacientes podría resultar en una asombrosa disminución de un tercio en la disponibilidad, lo que plantea desafíos significativos para los pacientes que ya están lidiando con largas esperas y dificultades para acceder a la atención. La situación plantea preguntas urgentes sobre la seguridad del paciente y la calidad de la atención que se puede ofrecer de manera realista bajo tales restricciones. El Dr. Tom Gorman, un GP de Newcastle y uno de los profesionales involucrados, expresa un profundo sentido de urgencia sobre el estado del sistema. Después de ocho años en el campo, describe el panorama actual como estar en un "punto de quiebre". Enfatiza la necesidad de actuar para frenar la abrumadora demanda que está socavando la capacidad de satisfacer las necesidades de los pacientes. "No queremos tomar medidas", enfatiza, "pero nos vemos obligados a proteger a nuestros pacientes y al personal". Datos de la Encuesta de Actitudes Sociales Británicas subrayan la gravedad del problema, revelando que la satisfacción pública con la atención primaria está en su punto más bajo. Con uno de cada tres individuos informando insatisfacción con los tiempos de espera para citas y uno de cada cinco expresando malas experiencias al intentar contactar a su GP, no es sorprendente que las preocupaciones sobre la seguridad del paciente estén aumentando. Grupos particularmente vulnerables, como los jóvenes adultos y aquellos que viven en áreas empobrecidas, se ven afectados de manera desproporcionada, ampliando aún más la brecha en el acceso a la atención médica. La acción de trabajo a reglamento, aunque no es una huelga tradicional, refleja un creciente descontento dentro de la comunidad de GP, que opera como negocios independientes. La Asociación Médica Británica (BMA) ha proporcionado un marco para que los GP adopten diversas medidas, como limitar el número de pacientes, rechazar tareas no esenciales y resistir solicitudes de intercambio de datos. Estos pasos están destinados a resaltar la carga excesiva que enfrentan los GP y permitirles centrarse de manera más efectiva en las responsabilidades centrales de sus roles. Sin embargo, las implicaciones de estas acciones son multifacéticas. Mientras que la Dra. Samira Masoud, una GP en Kent, afirma que limitar el número de pacientes podría mejorar tanto la experiencia de los GP como la de los pacientes, las restricciones resultantes podrían inadvertidamente llevar a más individuos a los departamentos de Accidentes y Emergencias, exacerbando las presiones dentro del sistema de atención médica en general. NHS Inglaterra ha expresado su preocupación de que el trabajo a reglamento podría prolongar las altas hospitalarias y obstaculizar los caminos de atención al paciente, poniendo en riesgo los resultados de salud de los pacientes. A estos desafíos se suma una crisis de reclutamiento y retención dentro de la fuerza laboral de GP. A pesar de las promesas de gobiernos anteriores para aumentar el número de GP en ejercicio, la realidad en el terreno es stark: el número de pacientes por GP sigue aumentando, y los médicos más jóvenes—que representan el futuro de la atención primaria—están optando cada vez más por abandonar la profesión debido a cargas de trabajo insostenibles. La Dra. Becks Fisher del Nuffield Trust argumenta que un simple aumento en la financiación no es suficiente para rectificar los problemas fundamentales que aquejan a la atención primaria. "La financiación ha estado rezagada respecto a la demanda y la inflación durante años", señala, sugiriendo que las soluciones sostenibles requerirán compromisos a largo plazo en lugar de soluciones rápidas. A medida que la situación actual se desarrolla, la extensión en la que los GP participarán en este trabajo a reglamento sigue siendo incierta. Aunque la participación inicial ha sido moderada, la BMA anticipa una escalada gradual de la presión a medida que más profesionales se involucren. El resultado de este conflicto es crítico, no solo para el futuro de la atención primaria, sino también para los millones de pacientes que dependen de ella. Con el gobierno prometiendo financiación adicional y instando a los GP a reconsiderar sus acciones, la esperanza es que se pueda alcanzar una resolución que aborde los problemas subyacentes de financiación, personal y atención al paciente. Hasta entonces, la pregunta sigue siendo: ¿es este trabajo a reglamento una postura necesaria para los GP, o un paso peligroso que podría profundizar la crisis que enfrenta el NHS? La respuesta podría definir el futuro de la atención médica en el Reino Unido.

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