El público apoya un impuesto a la comida chatarra para combatir la obesidad y fomentar elecciones alimenticias más saludables.

El público apoya un impuesto a la comida chatarra para combatir la obesidad y fomentar elecciones alimenticias más saludables.

Una encuesta muestra que el 58% de los encuestados en el Reino Unido apoya gravar los alimentos procesados para combatir la obesidad, con el objetivo de promover una alimentación más saludable y reducir los costos de atención médica.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Salud 11.08.2024

Una encuesta reciente indica un cambio significativo en el sentimiento público en el Reino Unido respecto al enfoque para abordar la crisis de la obesidad. Una encuesta realizada por Ipsos para el think tank Health Foundation revela que el 58% de los encuestados está a favor de imponer un nuevo impuesto a las empresas que producen alimentos altamente procesados y azucarados. Este creciente apetito por la intervención surge mientras la nación enfrenta una epidemia de obesidad en aumento, que le cuesta a la economía del Reino Unido aproximadamente £98 mil millones anuales. El impuesto propuesto, que recuerda al impuesto sobre el azúcar introducido en 2018, tiene como objetivo no solo desalentar la producción de alimentos poco saludables, sino también generar ingresos que podrían ser redirigidos a la compra de frutas y verduras frescas para familias necesitadas. Este enfoque dual no solo abordaría los problemas de obesidad, sino que también promovería hábitos alimenticios más saludables entre los hogares de bajos ingresos. Los resultados de la encuesta muestran que el apoyo a la imposición de impuestos sobre productos azucarados y salados es sólido, con solo un 19% en contra de la idea. En lo que respecta a los alimentos ultraprocesados—como el pan, las galletas y los embutidos producidos en masa—el 53% de los encuestados también apoya un impuesto. Esto indica una creciente conciencia sobre las implicaciones para la salud asociadas con dichos alimentos, incluidos los riesgos aumentados de enfermedades cardíacas, cáncer y problemas de salud mental. Los expertos en salud pública están instando al gobierno a tomar en serio estos hallazgos. Adam Briggs, de la Health Foundation, enfatizó la necesidad de una acción decisiva, afirmando: "El público está básicamente diciendo: es hora de tomar medidas contundentes". Él cree que la legislación debería comenzar con la imposición de impuestos a artículos como los dulces y los cereales azucarados para el desayuno antes de expandirse a las comidas preparadas y las pizzas, que también contribuyen a la alta ingesta de sal. A pesar de cierta resistencia por parte de representantes de la industria alimentaria, que argumentan que el enfoque debería estar en promover el desarrollo de productos más saludables en lugar de imponer impuestos, el consenso entre los defensores de la salud es claro. Ellos destacan que medidas anteriores, como el gravamen a la industria de bebidas azucaradas, han llevado a los fabricantes a reformular sus productos para evitar costos adicionales, beneficiando así la salud pública. Las preocupaciones sobre el impacto de los alimentos ultraprocesados son compartidas por expertos como el Prof. Carlos Monteiro, quien aboga por advertencias similares a las del tabaco en dichos productos y cree que deberían ser gravados debido a sus peligros potenciales. Sin embargo, también hay cautela sobre un impuesto general sobre todos los alimentos ultraprocesados. El Dr. Chris van Tulleken sugiere un enfoque más matizado, abogando por la regulación de productos específicos en lugar de un impuesto general sobre toda la categoría. Advierte que, si bien puede ser necesario gravar a las corporaciones, debe hacerse de manera reflexiva para evitar agravar las desigualdades en salud. A medida que la conversación sobre salud y nutrición continúa evolucionando, los hallazgos de esta encuesta pueden servir como un catalizador para discusiones políticas urgentes. Con la obesidad representando una carga significativa para el NHS y la economía en general, la demanda de un nuevo impuesto a los fabricantes de alimentos chatarra y ultraprocesados refleja una clara exigencia de responsabilidad y acción en la lucha contra la mala alimentación y sus consecuencias.

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