Cinco pruebas sencillas que pueden revelar el riesgo de demencia

Cinco pruebas sencillas que pueden revelar el riesgo de demencia

Aunque no constituyen un diagnóstico profesional, permiten descubrir señales de alerta para consultar con el médico. La detección precoz es muy importante para mantener la función mental por mayor tiempo

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Salud 11.12.2024

La demencia es una condición que muchas personas asocian con el simple olvido, pero es mucho más compleja. Como destacó el doctor Norberto Raschella, jefe de Neurología del Hospital Austral, la demencia abarca un conjunto de síntomas que afectan no solo la memoria, sino también el pensamiento y las habilidades sociales. El Alzheimer, que es la forma más común de demencia, suele empezar manifestándose con trastornos en la memoria reciente. Este tipo de enfermedad es progresiva y, por lo tanto, su detección temprana es crucial para ralentizar su avance y preservar la función cognitiva de los afectados.


A medida que la población envejece, el interés por la prevención y detección de la demencia ha crecido. En este contexto, el doctor Baibing Chen, conocido como Dr. Bing, ha compartido cinco pruebas sencillas que pueden ayudar a identificar signos tempranos de demencia y, aunque no sustituyen un diagnóstico profesional, son herramientas útiles para alertar a los pacientes y sus familias sobre la necesidad de consultar a un médico.


La primera prueba consiste en mantenerse de pie sobre una pierna durante 30 segundos. Para aquellos sin problemas de movilidad, la incapacidad para realizar esta tarea puede ser un indicador de un mayor riesgo de demencia y accidente cerebrovascular. Este ejercicio pone de manifiesto la funcionalidad de las áreas del cerebro que controlan el equilibrio y las habilidades motoras, sugiriendo posibles déficits en estas funciones.


La segunda prueba pone a prueba el sentido del olfato. La dificultad para identificar olores puede ser un signo de neurodegeneración y se ha vinculado con enfermedades como el Alzheimer y el Parkinson. Un estudio de la Universidad de Chicago reveló que la disminución rápida del olfato puede predecir características asociadas con el Alzheimer, como un menor volumen de materia gris en el cerebro y un mayor riesgo de demencia.


Dibujar un reloj con una hora específica es la tercera prueba. Esta actividad desafía la conciencia espacial, la atención y la planificación, áreas que pueden verse comprometidas en las etapas iniciales de la demencia. La capacidad de realizar esta tarea puede ofrecer una visión preliminar del estado cognitivo de una persona.


La cuarta prueba, que implica caminar mientras se realiza una tarea cognitiva como contar hacia atrás, evalúa la función ejecutiva y la atención. Un estudio reciente encontró que las personas mayores que mostraban cambios en su forma de caminar junto con problemas cognitivos tenían un mayor riesgo de desarrollar demencia, lo que subraya la importancia de evaluar simultáneamente el movimiento físico y la función cognitiva.


Finalmente, la prueba de fluidez verbal consiste en nombrar la mayor cantidad de palabras posible dentro de una categoría en un tiempo determinado. Las dificultades en esta tarea pueden indicar deterioro en regiones específicas del cerebro, como las que se ven afectadas por la enfermedad de Alzheimer. Esta evaluación resulta útil para identificar problemas que podrían no ser evidentes en un examen físico estándar.


El Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS) señala que si se detectan síntomas de alerta, lo más recomendable es consultar a un médico. Un profesional realizará una evaluación de la evolución de los síntomas, además de pruebas de memoria y un examen físico. En algunos casos, se pueden solicitar análisis de sangre para descartar otras condiciones que puedan estar causando síntomas similares.


El diagnóstico temprano puede marcar la diferencia en el manejo de la demencia. Si se descartan otras causas, el médico de cabecera puede derivar al paciente a un especialista que realice evaluaciones más profundas. Esto no solo ayuda a confirmar la presencia de demencia, sino que también permite iniciar un tratamiento de manera oportuna.


Por otro lado, la investigación continúa en la búsqueda de métodos que ayuden a reducir el riesgo de demencia. Estilo de vida saludable, ejercicio regular y actividades que estimulen el cerebro son factores que se han asociado con una menor probabilidad de desarrollar esta condición. Mantenerse activo tanto física como mentalmente es fundamental para preservar la salud cognitiva.


En conclusión, la demencia es una enfermedad que, aunque desafiante, puede ser enfrentada con la información y las herramientas adecuadas. Las pruebas sencillas propuestas por el Dr. Bing ofrecen una oportunidad para que las personas permanezcan alerta ante posibles señales de alerta, promoviendo la importancia de la detección temprana y el acceso a atención médica especializada. La concienciación sobre estas pruebas y la consulta con profesionales de salud se convierten en pasos cruciales hacia un envejecimiento saludable.

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