La UE eleva la presión sobre Israel ante los ataques contra los cascos azules en Líbano

La UE eleva la presión sobre Israel ante los ataques contra los cascos azules en Líbano

Borrell advierte de que Netanyahu ha cruzado una “peligrosa línea roja” con las agresiones a la misión Unifil de la ONU

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Guerra 15.10.2024

En un clima de creciente tensión en Oriente Próximo, la Unión Europea ha tomado una postura decidida en respuesta a los recientes ataques de Israel contra las fuerzas de paz de las Naciones Unidas en Líbano. Este lunes, los ministros de Exteriores de los Veintisiete realizaron una declaración contundente, en la que calificaron de “inaceptables” los bombardeos a los cascos azules y advirtieron sobre las graves implicaciones que tendría para la estabilidad de la región una retirada de estas fuerzas internacionales, que están presentes para evitar un mayor conflicto en el área.


El alto representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, fue categórico al señalar que Israel ha “cruzado peligrosamente otra línea roja” con sus ataques a la misión de la ONU en Líbano, conocida como Unifil. En una reunión celebrada en Luxemburgo, Borrell reafirmó el compromiso de la Unión con la misión, afirmando que “nadie pide que la misión se retire” y que la decisión sobre la permanencia de la Unifil corresponde exclusivamente al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. “Si tienen que quedarse, tienen que hacerlo en condiciones de seguridad”, añadió, subrayando la necesidad de proteger a los cascos azules en medio de un contexto de hostilidades.


La postura de la UE no es uniforme; mientras que países como República Checa y Austria mantienen una cercanía con el gobierno de Benjamín Netanyahu, se ha observado un consenso inusitado en la condena a los ataques a las fuerzas de la ONU. El ministro de Exteriores austriaco, Alexander Schallenberg, informó que había contactado con su contraparte israelí para exigir el fin de las agresiones, haciendo hincapié en la importancia de que el ejército israelí distinga entre los soldados de la Unifil y los militantes de Hezbolá.


Desde el gobierno español, tanto el ministro José Manuel Albares como el presidente Pedro Sánchez han sido claros al expresar que no se contempla la retirada de la Unifil. En el marco del congreso World In Progress en Barcelona, Sánchez reiteró su postura de que la comunidad internacional debería suspender de inmediato el envío de armas a Israel, un reclamo que, según él, se hace más urgente ante las violaciones de derechos humanos que se están produciendo en Gaza y Líbano.


Borrell, en su intervención, no solo destacó la violación del derecho internacional humanitario, sino que también aludió a la posibilidad de que los Veintisiete evalúen las acciones de Israel en relación con el Acuerdo de Asociación que rige las relaciones entre la UE y el Estado hebreo. Esta evaluación se llevaría a cabo en el próximo Consejo de Ministros de noviembre, donde Borrell buscará que se tomen medidas en respuesta a las preocupaciones planteadas por la situación en los territorios ocupados.


El primer ministro irlandés, Simon Harris, también se unió al coro de voces críticas, calificando de “crimen de guerra” los ataques a la población civil en Gaza y Líbano. Harris instó a la comunidad internacional a utilizar todas las herramientas a su disposición para forzar un alto el fuego y poner fin a la violencia, destacando que el Acuerdo de Asociación con Israel debería ser una de las principales vías de presión.


La falta de disposición de Israel para debatir sobre derechos humanos en el marco de la relación bilateral ha complicado aún más la situación. En junio, la UE había enviado una invitación formal para discutir este tema, pero el país no ha mostrado interés en acordar una agenda, lo que pone en entredicho el compromiso de Israel con los valores democráticos y los derechos humanos, que son pilares fundamentales para la UE.


La tensión en la región se intensifica, y la UE se enfrenta al desafío de equilibrar sus relaciones con Israel con la necesidad de defender los derechos humanos y mantener la paz en la zona. El tiempo dirá si la presión diplomática generada por los Veintisiete tendrá algún efecto en la conducta de Israel o si, por el contrario, se verá un aumento en las hostilidades que comprometerán aún más la ya frágil estabilidad de Oriente Próximo.


Mientras tanto, la comunidad internacional observa con preocupación el desarrollo de los acontecimientos, y la UE se encuentra en una encrucijada que podría definir su papel en la resolución del conflicto entre Israel y Palestina, así como en la garantía de que las fuerzas de paz de la ONU puedan operar sin temor a represalias. La presión de la UE no solo busca proteger a sus propios intereses y ciudadanos, sino también contribuir a un clima de respeto y diálogo en una de las regiones más conflictivas del mundo.

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