La muerte de Yahia Sinwar: un nuevo capítulo en el conflicto israelo-palestino

La muerte de Yahia Sinwar: un nuevo capítulo en el conflicto israelo-palestino

El líder de Hamás, cuya muerte ha anunciado Netanyahu este jueves, pasó dos décadas en prisión antes de escalar posiciones en la milicia palestina y organizar los ataques del 7 de octubre

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Guerra 18.10.2024

La reciente muerte de Yahia Sinwar, líder de Hamás en Gaza, ha generado un revuelo significativo tanto en Israel como en los territorios palestinos. Su figura, cargada de simbolismo y controversia, ha sido vista de maneras diametralmente opuestas. Por un lado, en Israel, Sinwar es recordado como la encarnación del mal, un enemigo que ha liderado ataques y actos de violencia contra el país. Por otro, muchos palestinos ven en él un símbolo de resistencia, un héroe que se atrevió a desafiar a lo que consideran un ocupante opresor.


La historia de Sinwar es particularmente notable por su tiempo en prisión. Durante dos décadas tras las rejas, no solo aprendió hebreo y se empapó de la ideología sionista, sino que también forjó su identidad como islamista radical. Su novela, "La espina y el clavel", escrita durante aquellos años, ofrece una ventana a su pensamiento y sus luchas internas, con un protagonista que se debate entre la desesperanza y la búsqueda de un líder como Saladino, quien un milenio atrás había expulsado a los cruzados de la región.


El ataque del 7 de octubre de 2023, que dejó cerca de 1,200 israelíes muertos y un gran número de rehenes, fue visto por muchos palestinos como una respuesta desesperada a años de opresión. Sinwar, que se identificaba con su alter ego literario, buscaba hacer sentir el peso del sufrimiento palestino de manera contundente. Sin embargo, sus acciones también desataron una ola de violencia que ha dejado una estela de dolor y división.


Un caso emblemático fue el de Yocheved Lifshitz, una pacifista israelí que fue capturada y que tuvo la oportunidad de encontrarse con Sinwar durante su cautiverio. Su relato de haber confrontado al líder de Hamás y su silencio a la acusación de vergüenza resuena en el debate sobre la naturaleza del enemigo y la moralidad de los actos de guerra.


Para muchos israelíes, la figura de Sinwar se ha convertido en un símbolo de la crueldad del terrorismo. Grafitis en Tel Aviv lo caricaturizan como un ratón escondido, una metáfora que encapsula el desprecio que muchos sienten hacia él. La narrativa israelí enfatiza su utilización de la violencia y la manipulación de los conflictos para consolidar su poder dentro de Hamás, pero también plantea preguntas sobre la humanidad que se le debe otorgar, incluso a un adversario.


Las circunstancias de su muerte, ocurrida en un combate en Rafah y no en un ataque selectivo, han añadido un matiz a su legado. Si bien algunos celebran su caída, otros la ven como una continuación de un ciclo de violencia que parece eterno en la región. Las imágenes de su cadáver, que circularon rápidamente en redes sociales, evocan tanto el alivio como la tristeza, reflejando la compleja relación entre los pueblos israelí y palestino.


Sinwar no nació en un contexto de privilegio. Creció en un campo de refugiados en Gaza, y su vida estuvo marcada por la pobreza, el sufrimiento y la ocupación. Desde su juventud, se involucró en la lucha política y social, ascendiendo rápidamente en las filas de Hamás y ganándose una reputación como un líder firme y a menudo implacable. A través de su liderazgo, buscó fusionar la política con la resistencia armada, un enfoque que ha sido criticado y alabado en igual medida.


Su ascenso al poder en 2017 marcó un cambio en la dinámica interna de Hamás, donde el ala militar comenzó a tener un peso creciente sobre las decisiones políticas. Este enfoque ha llevado a una serie de enfrentamientos violentos con Israel, culminando en la escalada de octubre de 2023 que cambió nuevamente el equilibrio de poder y las percepciones sobre el conflicto.


La muerte de Sinwar, por lo tanto, no solo significa el fin de una era para Hamás, sino que también plantea interrogantes sobre el futuro del movimiento y la lucha palestina. ¿Quién tomará su lugar y cómo cambiará la estrategia de Hamás tras su partida? Con el desmantelamiento de un líder tan polarizante, se abre un nuevo capítulo en la narrativa del conflicto, un capítulo que podría estar cargado de más violencia o, tal vez, una oportunidad para el diálogo.


A medida que las tensiones continúan y las repercusiones de su muerte se sienten, tanto en Gaza como en Israel, se hace evidente que el legado de Yahia Sinwar seguirá influyendo en las dinámicas de poder y resistencia en la región. En un contexto donde el dolor y la pérdida son profundos, su figura permanecerá en la memoria colectiva, un recordatorio de las complejidades de un conflicto que ha marcado a generaciones.

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