Testimonio de suboficial en caso Boluarte genera dudas sobre su designación en España

En un giro inesperado en la investigación que rodea la visita de la presidenta Dina Boluarte a un condominio en el sur del país, la suboficial de la Policía Nacional del Perú, Ruth Ligarda, ha ofrecido su testimonio ante la Fiscalía. Este hecho ha tomado relevancia no solo por el contexto de la declaración, sino también por el reciente anuncio de su designación como personal auxiliar de la agregaduría policial en la embajada peruana en España. La decisión del gobierno de enviar a Ligarda al extranjero ha suscitado cuestionamientos sobre posibles motivaciones políticas y la transparencia en las designaciones. Durante su declaración del 12 de diciembre de 2024, Ligarda afirmó que no estuvo presente durante la visita de la presidenta Boluarte al condominio Mikonos el 24 de febrero de 2024. Según su relato, ese día tenía franco y se reincorporó a sus labores al día siguiente. Este dato es crucial, ya que la visita de la presidenta ha sido objeto de diversas especulaciones y críticas, lo que pone a la suboficial en una posición delicada en medio de este escándalo. A lo largo del cuidado interrogatorio, Ligarda explicó que se relevó de su turno a través de un intercambio por WhatsApp y que su itinerario de ese día comenzó en el kilómetro 108 de la Panamericana Sur. Su declaración sugiere una estructura operativa bien marcada, donde cada miembro de la escolta tiene un papel definido, lo que sumaría a la credibilidad de su testimonio. La suboficial relató cómo se llevó a cabo el procedimiento de recojo de la presidenta, describiendo el entorno del condominio y el momento exacto en que Boluarte se acercó al vehículo. Ligarda mencionó que la mandataria llegó acompañada de una persona cuya identidad no pudo confirmar. Esta falta de detalles sobre el acompañante ha alimentado aún más la especulación en torno a la visita y las implicancias que podría tener en la integridad de la jefa de Estado. Durante el proceso, la Fiscalía presentó un plano del condominio Mikonos para que Ligarda pudiera ubicar el lugar exacto donde se estacionó el vehículo para recoger a Boluarte. Sin embargo, la defensa de la presidenta objetó esta línea de preguntas, alegando que eran sugestivas. Este hecho podría interponerse en el camino de la investigación, ya que la objetividad es crucial para determinar los hechos con claridad. La insistencia en la precisión de los detalles también pone de manifiesto la complejidad del caso. La Fiscalía está tratando de establecer un cronograma claro de eventos y de entender las circunstancias en torno a la visita, lo cual es fundamental no solo para la investigación, sino también para la confianza pública en el liderazgo de Boluarte. A medida que surgen más preguntas sobre el papel de Ligarda y el contexto de su declaración, la opinión pública se encuentra atenta a las repercusiones que esto podría tener en la administración de la presidenta. La designación de Ligarda a la embajada en España ha sido interpretada por algunos como un intento de eludir la presión de la investigación, lo que añade una capa de intriga al tema. Mientras tanto, la aprobación de la presidenta Boluarte se encuentra en niveles críticos, con un 3% de apoyo en las encuestas, lo que pone de relieve la tensión política que rodea su mandato. Con nueve pesquisas abiertas en su contra, la situación se torna aún más complicada, y la revelación de estos nuevos elementos podría influir en el futuro político de la mandataria. Los próximos días serán cruciales para determinar si el testimonio de la suboficial Ligarda tendrá un impacto significativo en la investigación. Los ciudadanos siguen atentos a cómo se desarrollará este caso, que no solo es un reflejo de la actual crisis política, sino también un indicativo de la fragilidad de la confianza en las instituciones del país. La administración de Boluarte enfrenta un desafío monumental, y la resolución de este episodio podría ser decisiva para su futuro.