El fiscal general de Brasil denuncia a Bolsonaro por liderar el intento de golpe de Estado contra Lula

El fiscal general de Brasil denuncia a Bolsonaro por liderar el intento de golpe de Estado contra Lula

El expresidente de extrema derecha, que según la acusación conspiró para revertir su derrota electoral, se enfrenta a delitos que suman 43 años de prisión

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

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Política 19.02.2025

El clima político en Brasil ha alcanzado un nuevo nivel de tensión con la reciente denuncia del fiscal general, Paulo Gonet, contra el expresidente Jair Messias Bolsonaro. Según la Fiscalía, Bolsonaro no solo fue un actor pasivo en los eventos posteriores a las elecciones de 2022, sino que lideró “una organización criminal” que buscaba revertir los resultados electorales en favor de Luiz Inácio Lula da Silva, quien lo derrotó por un margen estrecho. Esta acusación, que incluye a 33 coacusados, busca encausar a un expresidente por crímenes graves, incluyendo el intento de golpe de Estado.


El caso, que ha sido presentado ante el Tribunal Supremo de Brasil, podría resultar en un juicio histórico. En su extensa denuncia de 272 páginas, el fiscal Gonet describe un escenario alarmante en el que Bolsonaro, junto con figuras de su administración y altos mandos militares, orquestó un plan para negar la voluntad popular expresada en las urnas. La naturaleza de los delitos imputados, que podrían acarrear hasta 43 años de prisión, demuestra la gravedad de la situación y la necesidad de una respuesta judicial contundente.


Entre los implicados se encuentra Walter Braga Netto, exministro y candidato a la vicepresidencia, quien actualmente se encuentra en prisión por obstrucción de la justicia. Su encarcelamiento representa un hecho sin precedentes en la historia militar de Brasil, ya que es el primer general de cuatro estrellas en ser encarcelado. Esto subraya la seriedad de las acusaciones y la voluntad del sistema judicial brasileño de enfrentar a figuras de alto rango en el ámbito político y militar.


Bolsonaro, quien ha mantenido una postura desafiante ante las acusaciones, ha declarado públicamente su intención de defenderse y acceder a la documentación relacionada con el caso. A través de sus abogados, ha calificado las acusaciones de “ineptas” e “incoherentes”, argumentando que nunca ha apoyado ninguna acción que amenace la democracia brasileña. Además, su hijo, Flávio Bolsonaro, ha utilizado las redes sociales para criticar la denuncia, alegando que carece de pruebas sustanciales.


Lula, el actual presidente, ha prometido que los responsables de la intentona golpista enfrentarán la justicia, aunque también ha enfatizado el derecho de los acusados a un juicio justo. La divergencia entre ambos líderes ha polarizado aún más a la sociedad brasileña, donde los seguidores de Bolsonaro continúan siendo una fuerza significativa. A pesar de su inhabilitación para presentarse a elecciones hasta 2030 por un caso distinto de abuso de poder, Bolsonaro sigue siendo una figura central en la política de derecha del país.


Los eventos que rodearon las elecciones de 2022 son clave para entender el contexto de la denuncia. Bolsonaro sembró dudas sobre la integridad del proceso electoral y alentó a sus seguidores a cuestionar los resultados. La situación escaló a tal punto que, tras la toma de posesión de Lula el 1 de enero de 2023, miles de sus seguidores asaltaron los edificios gubernamentales en un intento por desestabilizar el gobierno electo.


La investigación ha revelado detalles escalofriantes sobre los preparativos para el golpe, incluyendo reuniones entre Bolsonaro y sus ministros para discutir estrategias de desinformación y acciones directas contra la asunción de Lula. Un testimonio crucial proviene de Mauro Cid, secretario personal de Bolsonaro, quien ha proporcionado información sobre la red de complicidad que existía en las altas esferas del poder militar y político.


El escenario actual es complejo: Brasil se encuentra dividido entre un electorado que apoya a Bolsonaro y otro que busca consolidar la democracia con Lula al mando. La denuncia del fiscal general representa no solo un desafío legal para el expresidente, sino también un testimonio del frágil estado de la democracia en el país. La respuesta del Tribunal Supremo será determinante para el futuro político de Bolsonaro y sus aliados, así como para la estabilidad del gobierno de Lula.


La presidenta del Partido de los Trabajadores, Gleisi Hoffmann, ha manifestado su satisfacción por la denuncia, subrayando la importancia de mantener la integridad del sistema democrático. Ella y otros líderes progresistas ven esta acción como un paso crucial para evitar que se repitan intentos de fraude electoral y desestabilización política en el futuro.


En última instancia, la denuncia contra Bolsonaro marca un punto de inflexión en la política brasileña. A medida que se desarrollen los acontecimientos, el país observará de cerca las decisiones del Tribunal Supremo y el impacto que estas tendrán en la polarizada sociedad brasileña. La lucha por la democracia continúa, y con ella, la necesidad de justicia y rendición de cuentas.

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